Tras varias décadas con un mismo esqueleto, una esencia muy similar y un empaque que prácticamente se ha mantenido intacto, ahora sí que sí: el nuevo Mercedes Clase G se perfila como un proyecto de gran envergadura que estará a la altura de las exigencias pedidas por los clientes y clientes potenciales del todoterreno de la marca. Entrando en la semana decisiva, es ya cuestión de días que lo presenten de forma oficial.
Aunque hace solo unos días que Carlos ya nos trajo la nueva generación del Mercedes Clase G (pincha aquí para verlo), Mercedes-Benz continúa con su hoja de ruta y nos lo anticipa en un escenario nevado y dejando entrever parte de la línea trasera y el pequeño faro que la marca alemana ha diseñado para el todoterreno.
Los datos hablan por sí solos: suspensión delantera independiente, 6 milímetros más de altura, mejores capacidades de todoterreno para circular fuera de asfalto… y lo más importante: aunque el nuevo Mercedes Clase G es claramente apto para ir por carretera y se mejora de forma brutal la capacidad de ir por carretera y a más altas velocidades, los caminos y terrenos abruptos continúan siendo el escenario perfecto para el Clase G. Un dato vital que últimamente llegó a estar en entredicho, pero que parecen disiparse por completo. Yendo más allá, la caja de cambios principal es automática y de 9 velocidades, aunque por ahora no hay dato alguno sobre las motorizaciones que se instalarán bajo el capó. Eso sí, la versión AMG G 65 con motor V12 y más de 630 caballos, está garantizada.
