Con el Mercedes AMG Project One recién presentado en el Salón del Automóvil de Fráncfort, no podemos negar que la marca de la estrella tiene ya buque insignia de deportividad y altas prestaciones para los próximos años. No importa que la producción sea limitada, el AMG Project One es una auténtica barbaridad y permitirá a Mercedes explorar otros mercados y futuros desarrollos que pasen por una tecnología que, curiosamente, poco tendrá que ver con la presente en el superdeportivo presentado en Alemania.
Marcas como Mercedes y McLaren -por separado- tienen en el horizonte nuevos modelos de altas prestaciones que pasarán por el arco de las nuevas tecnologías y que prescindirán de cualquier tipo de motor de combustión interna. De hecho, está previsto que el sucesor del McLaren F1, que la marca inglesa de Woking ya tiene en marcha, sea totalmente eléctrico y cuente con al menos tres o cuatro motores eléctricos que sirvan para estar a la altura de rivales directos como el ya mencionado Mercedes-AMG Project One, el LaFerrari, o el Porsche 918 Spyder -más bien su respectivo sucesor-. Este movimiento de McLaren tiene dos puntos a favor: primero, no habrá competencia directa con el McLaren 720S -el cual desarrolla más de 800 caballos-, y segundo, abrirán un nuevo nicho de mercado en el que ahora mismo no hay protagonismo alguno.
Por otra parte, Mercedes buscará que el sucesor del AMG Project One -no es tan pronto para hablar del mismo como pueda parecer en un primer momento- sea también eléctrico y que tome inspiración de la Fórmula E, en la cual la marca de la estrella tomará partido a finales de década. El guiño de marcas premium europeas hacia el mercado de los eléctricos es cada vez mayor, y la mayor presencia de estos modelos en el rango de las altas prestaciones, e hiperdeportivos, parece ya un objetivo claro a medio plazo.
