El actual Mercedes GLC comenzó su andadura en el mercado bajo el nombre de GLK en el año 2008, y no fue hasta 2015, cuando coincidiendo con el su relevo generacional, se le aplicó al nueva política de nombres de modelos de la marca en el cual pasó a llamarse GLC. No ha sido en cualquier caso un obstáculo para que este modelo continúe afianzando su crecimiento hasta el millón de unidades que computa actualmente.
China ha sido uno de los principales mercados del modelo, ya que acapara casi la mitad de las entregas realizadas del modelo, y aún más interesante, es el detalle de que dos de cada tres compradores tienen menos de 40 años. A él, le siguen otros mercados como Estados Unidos (donde, curiosamente, tiene un gran público femenino), Alemania (donde el 85% de sus compradores se decantan por él por la seguridad que ofrece), Reino Unido y Francia. Parte de su éxito reside en el elenco de opciones tan amplio que ofrece para personalizar cada unidad, con un total de nueve motorizaciones (incluyendo el GLC 63 con el motor V8 de AMG así como una variante híbrida enchufable), decenas de colores así como numerosos materiales y colores también para la tapicería.
Y es precisamente debido a su éxito en esta disparidad de mercados lo que propicia que se produzca en nada menos que tres ubicaciones: la primera de ellas, Alemania, donde lo hace desde 2008, China, desde 2015 -por lo que antes, debido a los elevados costes de importación, tenía un precio mucho más elevado- y finalmente Finlandia desde este mismo año. Fruto de recibir el pasado año su segunda generación donde su aspecto se alinea con el resto de la gama actual de la firma, le ha servido también para que durante el primer semestre de 2017 haya batido récord de matriculaciones en la historia del modelo.