Si hay una competición a nivel nacional que siempre nos ha fascinado, es la serie de los V8 Supercar. Hogar de los deportivos de alto nivel australianos, allí siempre han sido los FPV y Holden quienes han dominado el terreno.
Hoy, las cosas cambian, y gracias a un cambio en las regulaciones y normas, podría abrirse la puerta a fabricantes extranjeros. Y cómo no, adivina quién serían los primeros en entrar y dar de pleno como fabricante extranjero con mucha ambición.
Es Mercedes-Benz, y junto con AMG llevarían posiblemente un Clase C con un propulsor profundamente modificado, quizás basado en el nuevo y ya muy presente V8 biturbo de 5.5 litros. ¿Qué te parece? Basado, por supuesto, en el C63 AMG de la DTM.
Vía: Autoblog