Fruto del acuerdo entre Mercedes y Renault, la firma alemana comenzó a emplear algunos motores de origen Renault como es el caso del bloque 1.5 dCi en modelos como el Clase A y Clase B, algo que no ha estado exento de polémica ni críticas, pero que a Mercedes le ha servido para poder ofrecer una opción diésel más accesible en ambos modelos.
Así pues, Mercedes no empleará más desde finales de mes el propulsor 1.5 dCi en los Clase A y Clase B, si bien por el momento en el CLA (180d) permanecerá durante algún tiempo más. En su lugar, pasará a usar un nuevo 2 litros diésel con el código OM654q y una potencia de 116 CV, que es idéntica a la que encontramos en el bloque 1.5 dCi saliente, aunque en este caso mejora ligeramente su par, pasando de contar con 260 a contar con 280 Nm.
También, otra de las novedades de esta nueva motorización sería el uso de la nueva caja de cambios de doble embrague producida por Daimler y ocho relaciones que sustituiría a la actual de siete velocidades presente en ambos modelos.
¿Qué ha motivado a Mercedes a hacer este cambio? A priori, sus costes de uso en los modelos de la firma alemana. Pero ojo, esto no implicará que estos reemplazos sean más económicos, ya que todo apunta a que serán ligeramente más caros para el cliente final, entre otras cosas porque sus emisiones pasan de los 129 g/km hasta los 147 g/km de CO2. Cuando conozcamos las tarifas os las haremos llegar.
