Muchos años de rumores, de tira y afloja constantes y por fin Nissan materializa algo más firme respecto al sucesor del Silvia. Aquella generación mítica de coupés, que nos dejó allá por el año 2002 con el S15 -que lamentablemente sólo llegó a Japón y Australia en esa generación-, pero que desde hace un tiempo, con la llegada del Toyota GT86, ha vuelto a ganar notoriedad como nunca lo había hecho en esta última década desde que se dejó de producir.
Ya te lo comentamos ayer: Nissan es una de esas marcas que, a diferencias de otras con las que comparte país de origen, está apostando de manera más contundente por los deportivos y divisiones deportivas (Nismo). Y nuevamente, nos lo vuelve a demostrar con el prototipo que acaba de presentar, el IDx Concept, una antesala de lo que será el nuevo Silvia, en caso de que finalmente llegue a materializarse.
El IDx se presenta como un prototipo con un aire muy retro, y que supone una mezcla entre los clásicos Datsun 510 y el Skyline C10, y eso lleva implícito unas formas de la carrocería muy cuadriculadas, un estilo de diseño más arriesgado que a lo que acostumbramos a ver en este tipo de vehículos enfocados a gente joven, con líneas mucho más suaves, fluidas y futuristas.
Además, resulta aún más peculiar por el hecho de haber presentado dos variantes del prototipo, una enfocada a la calle (que recibe el nombre de Freeflow), y otra más enfocada a la deportividad y los circuitos (que recibe el nombre de Nismo).
Dos variantes: Freeflow y Nismo
En el Freeflow, se apuesta más por hacer algo discreto, pero evocando en todo momento el aspecto retro. Es por ello, que para su carrocería, se ha optado por un color crema, así como en su habitáculo. Como buen prototipo, se caracteriza por su sencillez, destacando únicamente su pantalla central y los controles del sistema de climatización. La tapicería de los asientos es de color azul y las banquetas no presentan prácticamente sujecciones laterales. El volante tiene el aro de colro marrón y el centro cromado. Mención especial requieren los tiradores de las puertas, muy similares a los que se usaban en coches de hace más de 40 años.
Por su parte, el IDx Nismo apuesta por un habitáculo muy diferente, manteniendo la misma base. Usando el rojo como base para la gran mayoría de elementos (tiradores, tapicería, volante, aireadores, reposabrazos), podemos ver como se ha instalado un volante específico, con la base achatada y el centro en símil fibra de carbono. Los asientos son baquets con arneses, el pomo también es diferente, así como parte del salpicadero, y la instrumentación parece más informativa que la del modelo Freeflow.
Pero el Nismo también cuenta con numerosas diferencias en su exterior, empezando por los colores, que es una combinación entre rojo, negro y blanco. Estrena pilotos específicos -más agresivos-, aletines atornillados en los pasos de rueda (tal y como ocurría en los vehículos clásicos, se opta por esta solución en lugar de una con grapas que no lleve tornillos a la vista).
Mecánicamente, se habla de dos propulsores en estos prototipos. Un 1.2 y un 1.5, ambos gasolina, pero que lamentablemente están asociados a un cambio CVT, algo poco indicado para un coche de este tipo. O al menos, poco indicado como única opción de cambio, porque ya los Silvia S13/S14 contaban en opción con cambio automático para algunas de sus mecánicas, pero el predominante, la opción razonable, era el cambio manual.
¿Qué opinas respecto a esto? Primero Nissan tiene que conocer la viabilidad del proyecto en base a las reacciones del público. Posteriormente, de llevarse a producción, debería hacerlo a un precio contenido, situado entre la franja de los 20-30.000 euros, igual que ocurre con el Subaru BRZ/Toyota GT86. Por otra parte, está la polémica sobre su diseño, ¿te parece adecuado? ¿o crees que por otra parte debería seguir un poco más en la línea de los últimos Silvia en lugar de optar por algo tan arriesgado?