Nissan está pasando por uno de las etapas más difíciles de toda su historia. No es la primera vez que se da esa circunstancia, pero sí que ahora el panorama es diferente de cómo resultó ser en la anterior ocasión donde Carlos Ghosn logró capitanear el reflote de la compañía japonesa.
Ahora mismo nos encontramos en plena transición al coche eléctrico y mientras que Estados Unidos, Japón y Europa reducen sus exportaciones de vehículos año tras año, China está logrando justo lo contrario, disparando de manera considerable las mismas.
Por ello, Honda y Nissan han entrado en conversaciones (empujados por el gobierno nipón) para explorar diferentes opciones (incluyendo una fusión) con el fin de competir de manera mucho más directa contra las firmas chinas así como Tesla.
El holding bajo el que operarían trataría de incorporar también a Mitsubishi, de la que Nissan cuenta con un 24% de participación en la compañía. Esto daría como resultado que pasasen a ser el tercer fabricante mundial, tras Toyota y Volkswagen, con 7,4 millones de unidades anuales de manera conjunta.
Los fabricantes nipones en general se han centrado durante estos últimos años en vehículos híbridos, ya que allí tan sólo el 1,7% de las ventas corresponden a coches eléctricos, cifras que quedan lejos de las de Europa y Estados Unidos. Sin embargo, en otros mercados como el chino donde tienen también una amplia presencia el crecimiento en ventas de vehículos eléctricos nuevos está siendo bastante más alto de lo esperado, haciendo que estos fabricantes estén quedándose fuera de juego en algunos mercados como aquel.