Uno de los modelos de Mercedes-Benz que a cada día que transcurre su valor no deja de ir en aumento es el Mercedes-Benz 190 E 2.5-16 Evo II, un modelo del que tan sólo se fabricaron 502 unidades con motivo de homologación para la competición.
Precisamente su palmarés en competición (especialmente destacable cuando Klaus Ludwig, Kurt Thiim y Bernd Schneider lograron las tres primeras posiciones en una carrera), la cada vez mayor escasez de unidades (siniestros, robos, etc) unido a la burbuja imperante en el mercado de segunda mano que afecta especialmente a vehículos de este tipo ha hecho que la cotización de este modelo se catapulte a más de los 150.000 euros por ejemplar.
La división de clásicos de la marca, Mercedes-Benz Classic, ni corta ni perezosa, en lugar de tratar de hacerse con una de esas unidades, ha optado en su lugar por aprovecharse de la gran cantidad de 190 que se fabricaron -nada menos que 1,8 millones de unidades- para fabricar una réplica del mismo con especificaciones de Grupo A basándose en un 190E, con el objetivo de ser empleado en eventos y exhibiciones.
Esta réplica será totalmente fidedigna con la legendaria edición, desde su motor 2.5 de cuatro cilindros y 235 CV con caja manual de seis velocidades con el que realizaba el 0-100 km/h en 7,1 segundos y lograba 250 km/h y en cuya versión de competición se estiraban de manera considerable gracias al chute de potencia extra que lo sitúa en los 373 CV. Aunque lo más característico del conjunto es sin duda su kit de carrocería, formado por unos paragolpes específicos, pasos de rueda ensanchados, un alerón de grandes dimensiones así como unas llantas de 17 pulgadas.