Llegó con la idea de ser uno de los coches de producción más rápidos del mundo y lo cierto es que razones no le faltan. Partimos ya de la base de que su nombre no es algo puramente comercial, sino que va más allá: hace referencia a su relación peso potencia, puesto que los 1.360 CV (nada menos que un megawatio de potencia) con los que cuenta son exactamente los mismos kg que anuncia en báscula.
Dicha potencia se extrae de su propulsor V8 de 5 litros aocplado a una caja de cambios de doble embrague y siete velocidades, capaz de realizar el 0-400 km/h en sólo 20 segundos, algo increíble, pero impresiona aún más si cabe el hecho de que de acuerdo a la marca, pueda superar los 440 km/h de velocidad máxima en caso de montar las Michelin Pilot Sport Cup 2.
Aunque estemos acostumbrados a récords batidos en Nürburgring, perdiendo mucho protagonismo en este ámbito el resto del circuito, para algunos fabricantes siguen estando ahí. Aunque como ha sucedido en este caso, de forma casi involuntaria.
Y es que, durante una demostración a clientes en el circuito de Suzuka, el piloto Robert Serwanski logró hacer 2:17 minutos en el circuito, todo ello, pese a que llevaba un acompañante y que además no estaba empleando bioetanol, necesario para poder extraer el máximo potencial de su propulsor. El tiempo ha sido extraído del sistema de adquisición de datos que estaba haciendo logs a lo largo del día, por tanto no es oficial, pero supone la marca más rápida hasta la fecha, por encima del Nissan GT-R con 2 minutos y 18 segundos que es el que lo ostentaba hasta la fecha, en esta ocasión, eso sí, de manera oficial.
Evidentemenete, dadas las condiciones en las que se ha logrado, es un tiempo que aún podría mejorar, pero no está nada mal, ¿cierto?