A mediados del año pasado pudimos ver unas primeras ilustraciones -en pantalla- idealizando la vida y el camino por recorrer del que será el nuevo Jaguar XF Sportbrake. Aunque sea oficial que la marca inglesa presidida por Ian Callum haya confirmado que no hay expectativas para comercializar un modelo familiar del XE, todo lo contrario ocurre con el XF. La marca británica pondrá toda la carne en el asador para competir frente a frente con los principales cinco puertas del segmento E, y tratarán de destacar por encima tanto del BMW Serie 5 Touring, como del Audi A6 Avant y del Mercedes Clase E Estate.
Con estos dos últimos modelos totalmente renovados y el bávaro en camino, Jaguar no quiere quedarse en los laureles. La segunda generación del XF, a la venta desde enero y sustituyendo al XF original que se comercializó desde 2008, ha oficializado el éxito colosal de la marca inglesa en este sector, presentando una alternativa a los alemanes con un chasis en su 75% de aluminio, mucho más ligero que el resto, y con una gama de motores que está a la altura. Acompañado de un diseño espectacular, parece claro que el XF Sportbrake seguirá la misma senda.
El resurgir de Jaguar
Los últimos años de Jaguar han cambiado por completo las expectativas que pudiésemos tener de la marca. El XF fue solo el comienzo de un éxito que pocos vieron en el horizonte, y se ha proclamado a los cuatro vientos como una marca con gran porvenir. El XF Sportbrake que veremos debutar a finales de este año será uno más de la gran senda de Jaguar. Compartirá motorizaciones con el XF de cuatro puertas, y la vida útil será similar.