El nuevo Land Rover Defender llegará a finales de década como un verdadero proyecto de envergadura que la marca británica tiene previsto retomar en solo unos años. Y es que si bien en un principio se planteó el descarte total del Defender pensando en una segunda generación, a estas alturas nadie duda del gran futuro que le espera al todoterreno por excelencia. Sin embargo, quedan aún muchas dudas e incógnitas, y puede que lo mejor esté aún por llegar.
Land Rover confirmó que a partir de 2020 todos los nuevos modelos de la marca británica incorporarán al menos una variante híbrida, o un modelo eléctrico. Aunque técnicamente esta propuesta no afecta al nuevo Defender -que debutará en 2019-, según dejan entrever desde Land Rover, el todoterreno británico incorporará una versión híbrida que formará parte del sistema de tracción total -aunque no queda claro de qué manera- y que servirá para potenciar el aspecto evolutivo del nuevo Defender.
Esta versión híbrida del Defender podría trastocar el chasis del todoterreno inglés, puesto que para esta versión, Land Rover podría optar por dar tracción trasera con el motor de combustión interna y dejar la tracción delantera al motor -o motores- eléctricos. No está claro la efectividad de este sistema en el uso off-road, y puede parecer más lógico que por ahora, se ubique como una posible versión más orientada al uso en asfalto.
Sea como sea, cabe destacar que la puesta en escena de un Land Rover Defender EV es igualmente posible, y parte de las mismas posibilidades que un Defender híbrido, o incluso más. Esto supondría un cambio total pero desde luego podría ser una opción muy interesante para los que utilizan el Defender en trayectos cortos para moverse por terrenos agrícolas, aunque en este caso sí que sería interesante ver la efectividad fuera de asfalto de un sistema eléctrico, dada la alta exigencia en algunas ocasiones.
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