Mazda se encuentra trabajando en la nueva generación del MX-5, cociéndola a fuego lento entre los fogones, pese al poco tiempo que lleva en el mercado la vigente generación. Y como ha sucedido en todas las generaciones del modelo, una de las idiosincracias que se ha mantenido en cada relevo generacional ha sido su bajo peso, algo que le ha permitido contar con un excelente comportamiento dinámico y prestaciones aún sin tener motores con una potencia especialmente llamativa.
Por el momento, con la actual generación, han logrado reducir el peso de su anterior generación, gracias al uso de acero de alta resistencia y aluminio, todo ello pese a los nuevos sistemas en materia de seguridad y equipamiento, además de mayor rigidez del conjunto que incorpora. Pero en el salto generacional quieren ir aún más allá… ¿cómo? recurriendo a un material que aún no emplean en ninguno de los modelos de su gama: la fibra de carbono.
Un material que cada vez está dejando de limitarse únicamente a deportivos de alta estofa para llegar a un público más general, gracias al abaratamiento paulatino que está sufriendo estos últimos años. La duda que nos queda es si en este caso, la fibra de carbono la obtendrían produciéndola ellos mismos o en su lugar optarían por asociarse con otro fabricante. Porque si el modelo quiere seguir gozando del éxito del que ha gozado hasta la fecha, tiene que mantener su precio en los estratos en los que siempre se ha movido.
Y… ¿esa dieta implicaría también motores más pequeños? ¿de tres cilindros quizá? no lo sabemos, ya que todavía queda mucho tiempo para la nueva generación (año 2021 como poco), pero estos datos ya son bastante interesantes si finalmente se confirman.
Vía: Autocar
