Poco más puedo decir, ¿no crees? El BMW M4 Cabrio es bestial, sublime, y ya es oficial. Es exactamente lo que todos esperábamos de una variante descapotable del recién estrenado M4, y en la casa alemana han sabido jugar las cartas pertinentes a la perfección.
En estética y aerodinámica, el M4 Cabrio es idéntico al coupé, incluyendo el mismo kit aerodinámico, rejillas, difusores, línea de escape… aquí no cambia nada, salvo por el detalle de que cuenta con un techo duro retráctil. Adiós a los rumores acerca de un techo de lona, la realidad la tenemos delante de nosotros. Y a mí al menos, me encanta que haya sido así.
Un descapotable de muy altos vuelos
El M4 Cabrio es el primero en la vida útil del M3 descapotable que combina un motor de 6 cilindros y un techo duro retráctil. Bajo el capó, encontramos el mismo 6 cilindros en línea turboalimentado de 3.0 litros, denominado por BMW como TwinPower ya que cuenta con dos turbocompresores. La potencia neta que el M4 Cabrio envía a las ruedas traseras es de 425 caballos y 550 nm de par. Disponible con una transmisión de 6 velocidades manual o una automática de 7 marchas con doble embrague, acelera de 0 a 100 kilómetros por hora en 4.4 segundos y 4.2 segundos, respectivamente.
Contando con el mismo esquema de suspensión, frenado y electrónica que el M4 Coupé, BMW no ha otorgado por ahora el peso neto del descapotable pero viendo las prestaciones, el aumento ha sido mínimo. Debutará en el ya inminente Salón del Automóvil de Nueva York, y su puesta en el mercado tanto europeo como norteamericano, se llevará a cabo este mismo verano.