El BMW 1M Coupé es uno de los deportivos más radicales y divertidos que ha parido la firma bávara durante la última década. No ha sido un modelo de gran tirada, unido a su deportividad, ha dado como resultado que los años le estén sentado muy bien a su cotización y no estén perdiendo prácticamente valor en el mercado de usados.
El modelo en cuestión está movido por un 3 litros de seis cilindros en línea habitual pero con una configuración de dos turbos, cuya potencia de fábrica es de nada menos que 340 CV y 500 Nm a las ruedas traseras. Ya de por sí realiza unos registros envidiables, con un 0-100 km/h en 4,9 segundos y una velocidad máxima limitada a 250 km/h.
Gracias a Ok-Chiptuning se eleva su potencia hasta los 451 CV y 714 Nm de par, y para ello se realizan numerosas modificaciones en el ciclo mecánico: un embrague Sachs reforzado, un escape Eisenmann (como sabrás, suenan a gloria pero no son en absoluto económicos) acompañado de unas downpipe de Wagner Tuning y finalmente un intercooler a medida, todo ello, aderezado con una reprogramación de la centralita para calibrarlo de acuerdo a la nueva configuración. Además, esta repro implica también deslimitar su velocidad máxima, aunque no han comunicado cuánto alcanza deslimitado.
También ofrecen unas carcasas de fibra de carbono para los retrovisores, suspensiones roscadas H&R, llantas Schmidt de tres piezas con neumáticos 245/30 delante y 295/25 detrás en 20 pulgadas, alerón trasero, entre otros.
