El Opel Insignia ha sido el icono más importante de la marca alemana desde que la marca alemana lo llevó a la cadena de montaje durante mediados del pasado año 2008. Y es que aunque no lo parezca, ha pasado casi una década completa desde que Opel fuese más allá del portentoso éxito del Astra y le diese al Vectra mucho más que un sucesor. Un coche totalmente nuevo, que cuajó de manera sobresaliente en el mercado, y que hoy aún a día de hoy, continúa haciéndolo.
Viendo que es un proyecto tan importante para Opel, no es de extrañar que la segunda generación del Insignia esté siendo trabajada y llevada a cabo de manera minuciosa y casi perfecta. Y es que en Opel quieren que el éxito del Insignia continúe por el mismo camino, y para ello aplicarán un poco más el concepto de berlina-coupé, más de lo que ya hemos visto a lo largo de estos años en el cuatro puertas alemán. ¿Qué podemos esperar pues?
Mucho más ligero y más personalidad en el cinco puertas
Aunque de por sí el Insignia es difícil de diferenciar en guisa de cuatro y cinco puertas, Opel incrementará las diferencias entre ambos para, de alguna manera, vender dos conceptos diferentes en un mismo modelo. El Opel Insignia, que podría estar basado en el chasis del nuevo Chevrolet Malibu y por lo tanto reducir el peso en más de 200 kilos, ofrecerá una imagen mucho más «coupé» sobre todo en la versión 5 puertas, acercándolo y mucho al concepto del Audi A5 y del BMW Serie 4 Gran Coupé, entre otros.
En combinación con una gama de motores diésel y gasolina muy amplia, una versión híbrida y como mínimo una variante (familair, Sports Tourer), el nuevo Opel Insignia llegará pisando muy fuerte. Lo hará durante este año, con una presentación prevista para el próximo Salón del Automóvil de París, en octubre.
Se mantiene bastante bien a pesar de su dilatada carrera. Recuerdo, cuando vio la luz, que en Alemania tuvo una maravillosa aceptación de inmediato. El nuevo tendrà un listón muy alto sin duda.