No escapa a nadie que en la generación de Opel donde han coincidido los Astra J o Insignia, muchos modelos de la gama de la firma alemana no eran precisamente livianos, y era algo que en cierto modo suponía un lastre frente a sus competidores a la hora de buscar un mayor rendimiento, mejorar las prestaciones o incluso su eficiencia.
Y con modelos como el Astra K, comenzaron a enmendar uno de sus talones de aquiles como era el peso de sus vehículos, suponiendo un importante ahorro entre saltos generacionales. El relevo del Insignia que tomará un nuevo nombre (Insignia Grand Sport) también promete mejorar este aspecto junto con muchos otros.
Lo más importante será su rebaja de peso, que se cifrará en hasta 175 kilogramos, repercutiendo directamente sobre su comportamiento y prestaciones. También, su distancia entre ejes aumenta en 92 milímetros, además de la incorporación del chasis adaptativo FlexRide, que permite un ajuste de varios elementos que atañen a la conducción y comportamiento (dirección, respuesta del acelerador, ESP o incluso cómo actúa el cambio automático si nuestra unidad cuenta con él), variando su funcionamiento a través de tres modos preconfigurados: Standard, Tour y Sport.
Si modelos como el Corsa OPC Nürburgring Edition o el actual Insignia OPC ya se pusieron a punto en el legendario circuito alemán, este no iba a ser menos. Y aunque a día de hoy no sea una impronta frente al resto de fabricantes, es una garantía que el FlexRide se haya calibrado en aquel circuito.
Se espera que se presente de manera oficial en el Salón de Ginebra de 2017, en primera instancia, con una gama de motores que comprende los bloques 1.5 gasolina reemplazando al anterior 1.4, además del 1.6 CDTI en varios escalones de potencia. Por el momento no hay información de una posible versión OPC de altas prestaciones.
