Cada vez más marcas y grupos automovilísticos están aparcando el desarrollo de los motores de combustión -algunos incluso cerrando ya sus departamentos de I+D en esa materia- ante la inminente prohibición que acaecerá en algunos lugares como la Unión Europea para la venta de vehículos de combustión a partir de 2035.
Sin embargo, algunas marcas como BMW pese a todo siguen creyendo en el gran recorrido que tienen todavía por delante los motores de combustión térmica, y por ello, están nadando contracorriente de los grandes grupos anunciando potentes inversiones en este tipo de motores, sin dejar de lado tampoco la electrificación. Y esto es algo que ha vuelto a reiterar el propio CEO de la compañía, Oliver Zipse, quien cree que la deriva que están tomando países y estados con estas prohibiciones del motor térmico son un error.
En un reciente evento en Nueva York, Oliver Zipse ha vuelto a poner de manifiesto uno de los problemas de los coches eléctricos como es la excesiva dependencia de países terceros muy volátiles como puedan ser China para obtener todos los recursos en forma de materias primas necesarias para producir baterías. Y esto es algo en lo que BMW no se siente cómoda.
Además, también argumenta que no todo el mundo puede permitirse adquirir un coche eléctrico, fundamentalmente por dos motivos: por una cuestión económica (hoy por hoy son más caros que uno de combustión equivalente) o en su defecto, por sus necesidades de movilidad particulares en las que no encaje un vehículo eléctrico. Es por ello que es un firme defensor de brindar tecnologías de ahorro en motores de combustión, haciéndolos cada vez más eficientes para lograr una transición paulatina, argumentando que «Si usted ya no vende motores de combustión, alguien sí lo hará».