La senda tomada por diversos fabricantes años atrás para reducir paulatinamente el peso de sus vehículos (tras haber llegado a un cénit en el que en algunos casos, eran totalmente desproporcionados) continúa su curso. Parte del camino para continuar mejorando la eficiencia de sus vehículos y repercutir también en otras áreas como agilidad y comportamiento pasa ineludiblemente por la reducción del peso de su conjunto.
Siendo que uno de los elementos más pesados del vehículo son los aceros empleados para su carrocería y chasis, sigue siendo un vector fundamental en el que centrar la atención para lograr seguir reduciendo el peso de dicho material empleado. Y así ha sido: estos últimos años hemos visto como no pocas marcas han comenzado con el uso de aceros de alta resistencia que permitían reducir su peso sin mermar por ello su rigidez, sino incluso aumentándola.
Nissan ha anunciado que fruto de la colaboración entre Nippon Steel & Sumitomo Metal Corporation han logrado dar a luz un acero con una resistencia a la tensión de 980 megapascales, logrando de esta forma concebir vehículos más ligeros sin poner en riesgo por ello la resistencia ni rigidez estructural. Este acero además permite poder contar con formas complejas que no obligue a los diseñadores a limitar su capacidad creativa por esta imposición.
De hecho, la firma nipona ya tiene un vehículo en el mercado que hace uso de estos aceros: se trata del Infiniti QX50, de momento disponible en Estados Unidos y que veremos en nuestro mercado el próximo año. Su empleo en el 27% de la estructura del vehículo ha permitido dejar su peso en torno a los 1.800 kg, que no está nada mal dada la media en la que se mueve sus competidores más directos, donde en muchos casos superan las dos toneladas.