Desde hace algunos años, el gas había logrado un hueco en el mercado como una alternativa más limpia no sólo a los motores de combustión gasolina y diésel convencionales, sino también como una opción mucho más económica para el bolsillo. Sin embargo, un estudio llevado a cabo por la Federación Europea de Transporte y Medio Ambiente (de la que son partícipes 58 organizaciones, cuatro de ellas españolas: Ecologistas en Acción, Ecodes, PTP y Eco-Unión) equipara su contaminación a la de los gasolina y diésel.
De acuerdo al estudio, quemar gas en los coches implica generar tanta contaminación como si se quema gasolina. En el caso de los vehículos diésel, la ventaja en términos de calidad del aire es minúscula, e incluso podría desaparecer cuando las nuevas normativas exigencias medioambientales entren en vigor. Otro dato no menos interesante del que habla el estudio, son las fugas reales de metano en la cadena de suministro de gas natural (extracción, transporte y repostaje), que son un 60% superiores a lo que se tenía pensado, siendo muy nocivo para el medio ambiente por este motivo durante la citada cadena.
Como consecuencia de esto, cuestionan las ventajas fiscales de estos vehículos, que en España, cuentan con un 91,4% menos de impuestos que el litro de gasolina y un 88% menos que el diésel, de ahí que resulten muy interesantes si vamos a hacer muchos kilómetros y poco a poco se estén consolidando como una alternativa al diésel en un momento tan delicado de hundimiento de las ventas de los diésel como el que nos encontramos. Es por ello que recomiendan como alternativa el uso de vehículos eléctricos para evitar el uso de combustibles fósiles (lo cual es cuanto menos contraproducente, teniendo en cuenta que parte de la energía eléctrica que usan se nutre de combustibles fósiles), además de transporte público y los transportes a pie y en bicicleta. Y además, que el gobierno español deje de subvencionar la compra de estos vehículos además de retirar la consideración de vehículo limpio para que no puedan entrar al centro de las ciudades ni se tomen en consideración en la renovación de las flotas de servicios municipales.
Quizá no tanto por las recomendaciones de este estudio, pero sí por el aumento exponencial de la demanda a raíz de cómo han cambiado las tornas en el mercado, tanto el GNC como el GLP podrian reducir gradualmente sus ventajas fiscales, haciéndolo una opción mucho menos interesante en términos de coste por kilómetro (que no nos engañemos, es la principal razón de adquisición)