Modelos que tradicionalmente eran propulsión trasera como el caso del BMW M5 han sucumbido a la tracción total, pero con una fórmula les ha permitido no perder ni un ápice de deportividad, gracias a la posibilidad de cambiar el reparto de par entre ejes.
Y esta estrategia será cada vez más adoptada por fabricantes que todavía apuestan en algunos de sus modelos más prestacionales en un futuro, aunque no necesariamente de fábrica. En el caso de Volvo ya es posible, pero gracias al respaldo de Polestar que permite que pueda llevarse a cabo.
Esta actualización propuesta por Polestar permite cambiar la distribución del par motor a las cuatro ruedas, enviando más par al eje trasero, variando también la frecuencia del envío, logrando de esta forma una mejora en el giro de la dirección que redunda en un mayor control para el conductor en las curvas. También, esta actualización permite que los cambios de marcha estén optimizados, siendo más rápidos y logrando una mayor retención del motor en curvas, además de lograr una respuesta más rápida del acelerador.
Aunque eso sí, sólo estará limitado a unas configuraciones y modelos concretos: disponible para los modelos gasolina y diésel de tracción total de los XC90, S90, V90, V90 Cross Country, XC60, S60, V60 y XC40, gracias a una nueva electrónica, se reajusta el modo de conducción dinámico -o en su defecto, al desactivar el control de estabilidad-, no estando disponible en los motores T8 Twin Engine y T6 Twin Engine, ya que estos cuentan con un sistema de tracción eléctrico para el eje trasero
