Uno de los Porsche más especiales y cuya configuración sin recurrir a la hibridación posiblemente no veamos a ver en un modelo de nuevo cuño de la marca: hablamos del Porsche Carrera GT, ese superdeportivo alemán producido entre los años 2003 y 2006 dotado de un motor V10 atmosférico fabricado totalmente en aluminio, con una cilindrada de 5.7 litros y 612 CV de potencia a 8000 rpm.
Pero aún hay más: su chasis monocasco y subchasis están realizados en fibra de carbono. Ingredientes que unido al párrafo anterior, lo hacen un coche complejo para llevar a cabo operaciones de mantenimiento y que sólo manos altamente cualificadas y con una preparación específica para este modelo están capacitadas para poder ejecutar mantenimientos y reparaciones sobre el mismo.
Precisamente por eso, el centro Porsche de Atlanta (Georgia) es el único centro en los Estados Unidos que prepara a técnicos para que sean capaces de mantener un superdeportivo de este calibre. Entre las lecciones que se imparten a los técnicos, encontramos lecciones acerca de cómo desmontar los paneles de la carrocería para que quede la fibra de carbono del monocasco al descubierto, además de enseñarles como quitar el motor y reemplazar el embrague, que en este caso, sufre mucho más que en otros coches más convencionales debido al motor con el que va combinado.
Sólo una persona es la encargada de impartir las clases, su nombre es Bob Hamilton y ha sido instructor desde el año 2002. Esta unidad que usa para enseñar a sus alumnos tiene 16 años y sólo 2325 kilómetros en el odómetro. Si bien es cierto que los técnicos de la firma suelen recibir formación periódica para modelos de mayor tirada como los 911 y 718, otros como los Porsche 918 Spyder y GT reciben una formación específica debido a que son modelos mucho más complejos y avanzados tecnológicamente.