Porsche tampoco se ha mantenido al margen del downsizing, y la prueba más fehaciente la tenemos en los 2.0 de cuatro cilindros que encontramos actualmente en los 718 Boxster y Cayman, un movimiento que no gustó nada a los fanáticos más conservadores de Porsche pero que a la firma le ha servido para ofrecer una opción más accesible y de manera simultánea poder lograr también reducir las emisiones medias de la marca.
Sin embargo, con el cáliz que toma el mercado, no es raro pensar que en Porsche se estén planteando el uso de mecánicas todavía más pequeñas en combinación con motores eléctricos. Algo que evidentemente puede preocupar a cierto porcentaje de su clientela que a estas alturas ya no debería rasgarse mucho las vestiduras por los movimientos que puedan tomar, en gran parte, propiciados también por la propia industria automovilística y hacia dónde la está dirigiendo el mercado y legislación.
Pues bien, de acuerdo a unas declaraciones en el Salón de Los Ángeles de Michael Steiner, uno de los responsables de I+D del departamento de Porsche, en sus modelos de calle no veremos al menos a corto y medio plazo motores inferiores a los 2 litros de cilindrada.
Pero… ¿por qué no interesa de momento a Porsche en algunos de sus deportivos el uso de motores híbridos? fundamentalmente por el peso extra que añaden así como la complejidad mecánica que pasan a adquirir. Y un motor más pequeño pero que pase de los 250 CV es posible, ahí tienes ejemplos como el de Peugeot con su 1.6 THP de 270 CV. La cuestión es que a niveles todavía más avanzados de downsizing, el uso de la hibridación se hace casi obligatorio para aumentar la cifra de par que arroja.
Eso no quiere decir que en Porsche se mantengan al margen de la electrificación, como bien sabes, es parte de su plan de futuro y de hecho espera que la mitad de sus ventas sean híbridos enchufables o vehículos eléctricos, si bien, el 911 parece que será el último en sucumbir ante esta tentación.
Vía: Autoguide