Pese al tiempo transcurrido, aún -tristemente- tenemos que seguir asistiendo a los coletazos tras la muerte de Paul Walker en un Porsche Carrera GT en el año 2013. Y en este caso, se trata precisamente de un litigio que estaba en curso desde hace un tiempo a raíz de una demanda interpuesta por la viuda de Roger Rodas, Kristine Rodas, en el que denunció a Porsche alegando defectos de fabricación en el vehículo así como de seguridad, señalándolos como causantes del siniestro.
Para ello, su demanda se fundamentaba en que la seguridad del compartimento del pasajero no estaba a la altura de las circunstancias, y que además, presentaba una seguridad insuficiente en caso de impacto lateral, indicando además algunos fallos (de diseño) en el depósito de combustible y la suspensión del coche. Suponemos que para dilucidar esta resolución, el juez se habrá apoyado en informes como el de la policía, donde se apuntaba que la velocidad del vehículo en el momento del accidente oscilaba entre los 128 y 150 km/h, es decir, el doble de la velocidad permitida en la zona, pese a que en la demanda se indicaba que iban circulando a 88 km/h.
Ya hay resolución para esto tras pronunciarse al respecto un juez federal de Los Ángeles. ?ste juez ha fallado a favor de Porsche en el caso que nos ocupa, aunque aún faltaría por conocer la resolución de la demanda que también presentó la hija de Paul Walker, Meadow Walker en Septiembre de 2015 con una base muy similar a la demanda de la que estamos hablando.
Seguiremos a la espera de la demanda restante, aunque no pintan bien las cosas para la hija de Paul Walker en vista de esta resolución…
