Aunque el Porsche Cayenne fue un modelo que levantara convulsiones entre el público más conservador de la firma de Stuttgart, el tiempo ha demostrado posicionarlo como un modelo totalmente básico e imprescindible dentro de la gama, hasta llegado el punto de colocarlo como uno de los salvadores de la misma.
Tal fue el éxito, que Porsche optó por seguir expandiendo la gama SUV con el lanzamiento del Macan, un modelo situado por debajo y cuyas ventas también están arrasando en el mercado y proporcionando incesantes ingresos a la marca alemana. Así que siguiendo esa premisa… ¿por qué no lanzar otro modelo por debajo?
Parece que en los cuarteles generales se han planteado esa posibilidad y estarían poniéndola en práctica de cara a ejecutarla y sintetizarla para final de la década actual. De hecho, veríamos un prototipo anticipándonos este modelo muy pronto, en cuestión de un par de años.
Bien, llegados a este punto, ¿cuáles serían las claves para diferenciarlo con el Macan y establecer unas diferencias claras para no canibalizar sus ventas? A priori, un aspecto más agresivo, una longitud más contenida, además de propulsión trasera en lugar de tracción total en las variantes de acceso. Es de esperar también el predominio de los cuatro cilindros en casi toda su gama, así como una caja de cambios de doble embrague.
Otro dato no menos importante sería el abanico de precios en el que competiría. Es lógico que partiría muy por debajo de los 60.000 euros en los que arranca el Macan en Alemania. ¿Es posible que lo veamos en torno a los 45-50.000 euros?
Vía: Auto Bild