La especulación no es algo que ataña únicamente a la vivienda en los tiempos que corren. Cada vez se ha ido instalando más sobre el sector del automóvil, y no faltan, al igual que sucede con los gobiernos en el caso de la vivienda, fabricantes que quieren poner coto a esa burbuja especulativa que se está forjando al albor de muchos de ellos, como es el caso de Porsche, donde pocos son los modelos que escapan a esta corriente que parece haberse instalado sobre ellos, siendo mucho más acusada en los modelos más exclusivos.
Pongámonos en situación: en el caso de la vivienda, un gobierno puede contrarrestar la burbuja a base de vivienda pública que pueda suponer un freno o un competidor que les obligue a bajar los precios. Pero si hablamos de coches de segunda mano no hay ninguna forma de ponerles techo: las unidades que quedan en el mercado son las que hay y la tendencia es que cada vez vayan menos, por tanto, el precio tenderá a subir.
Sin embargo, si hablamos de modelos de tirada limitada y de manufactura nueva, la marca sí que tiene mayor margen de maniobra para evitar a los especuladores, al menos, en su primera iteración, porque con el paso de los años y conforme vayan cambiando de manos, volverán a sucumbir ante el mismo problema. Ford ya lo ha hecho con el GT, estableciendo un refinado proceso de selección para asegurarse de que aquellos interesados son gente que realmente va a hacer uso del coche y no meros especuladores que quieren hacer ingentes sumas de dinero revendiéndolo a los pocos años cuando su valor se dispare.
Dentro de Porsche, el caso más destacado estos últimos años ha sido el 911 R, donde su precio se ha multiplicado por varias veces al de nuevo en cuestión de pocos meses. Y aunque habrá muchos propietarios de uno que lo hayan adquirido para hacer uso de él, otros tantos lo han hecho con el objetivo de hacer dinero rápido y fácil.
Desde la firma, afirman que no fabrican tantos deportivos de tiradas limitadas, algo que les permite establecer un control más férreo sobre el tipo de cliente, permitiendo una mejor identificación de los mismos y priorizando a aquellos que no quieren hacer negocio sobre los que quieren hacerlo. Y es que, tal y como afirma Andreas Preuninger, responsable de desarrollo de los GT de Porsche: «el objetivo de limitar la producción de un coche no es que este gane mayor valor». La realidad, tanto a corto como a largo plazo, ya la hemos visto. De esta forma, lo que buscan es que aquellos que vayan a usar los coches puedan tener esa opción a compra.
¿Qué opinión te merece? ¿tendrá realmente algún efecto sobre el mercado de vehículos Porsche?
Vía: Car and driver