Comenzó siendo Francia -dentro de los países más relevantes e influyentes dentro de la UE- quien puso el puño sobre la mesa al prohibir la venta de vehículos gasolina y diésel nuevos para el año 2040, y es ahora Reino Unido quien sigue sus pasos y anuncia exactamente la misma medida de prohibición. Hay otros países como Noruega que incluso se han aventurado a poner una fecha límite mucho más cercana en el tiempo, para el 2025.
¿Bajo qué argumentos se han visto abocados a tomar una decisión de este calado y tan trascendental? Según los datos erigidos por el propio gobierno británico, la contaminación atmosférica es la responsable de 40.000 muertes prematuras anuales en el país, de las cuales, 23.000 de ellas son en Inglaterra y 10.000 en Londres, además de que 37 ciudades rebasan los límites comunitarios impuestos.
Esto, junto con la decisión tomada por Francia, debería acelerar considerablemente la transición hacia el coche eléctrico, ya que junto con Francia y Alemania, son los principales mercados para los fabricantes de automóviles, y pese a que están aumentando las ventas de híbridos y eléctricos en aquel mercado (un 30% en la primera mitad del año), todavía a día de hoy suponen tan sólo el 5% de las matriculaciones de vehículos nuevos.
Reino Unido dotará de un programa de ayuda de 3.000 millones de libras para acelerar esta transición, estando 1.000 de ellos destinados a ayudas directas en la compra de automóviles menos contaminantes y otros 100 millones formarán parte de la mejora de la infraestructura de carga de coches eléctricos, en la que entre otras cosas, se obligará a la instalación de puntos de recarga en estaciones de servicio.
La pregunta es, ¿cómo van a afrontar los fabricantes esto? Bajo nuestro punto de vista, no es tanto problema el desarrollo tecnológico a día de hoy y la autonomía -donde ya se han hecho grandes avances-, sino el precio que están alcanzando las materias primas como el litio con el que se hacen las baterías, y que es evidente que se va a seguir encareciendo conforme la demanda aumente de manera exponencial, para que te hagas una idea, actualmente la producción de vehículos eléctricos anuales es inferior al 5% sobre el total de producción de vehículos.