El Tesla Model X no dejó de ser, en cierta manera, el modelo menos comedido y más extravagante que la firma de Elon Musk y sus chicos decidieron llevar al mercado, por encima del Model S. A diferencia de la estrategia llevada a cabo con el Model S, en la cual Tesla decidió ir implementando funciones y mejoras con el tiempo viendo que el producto base era fiable, con el Model X fue todo lo contrario.
Puertas Falcon, implementos de hardware avanzados desde el primer momento… y esto, parece que le está pasando factura al SUV eléctrico por excelencia. La marca norteamericana ha confirmado que las ventas del Model X durante estos últimos meses están cayendo, y se están registrando cifras anormalmente bajas que no corresponden con la estrategia que Tesla tenía previsto. Claro que, por otra parte, no es que sea por un problema de concepto en sí o por el hecho de que estemos hablando de un modelo eléctrico, sino más bien por problemas de fiabilidad y fallos prematuros. Típicos en un modelo totalmente nuevo en su género.
Esto no está ocurriendo con el Model S -al menos, no con el volumen de problemas que se están recibiendo con el Model X según avanza su vida útil-, y obviamente no ocurrirá con el Tesla Model 3. Está previsto que Tesla lleve a cabo una estrategia muy paulatina y prudente con el Model 3, puesto que el volumen de ventas multiplicará varias veces las ventas del todoterreno eléctrico, y tratarán de que el Model 3 no acabe en la misma senda que éste.
