Rolls-Royce ha anunciado el cese de la producción del Rolls-Royce Phantom VII, tras trece años de producción ininterrumpida en la factoría de goodwood en Reino Unido. Este modelo fue el primero fabricado bajo el mando de BMW, realizando su diseño, desarrollo y puesta en producción en tan sólo cinco años, todo un hito teniendo en cuenta que era el modelo encargado de hacer la entrada de RR en el siglo XXI.
Técnicamente, se apostó por un motor V12 de 6,7 litros atmosférico con una potencia de 460 CV, encargado de mover la carrocería de 5,8 metros. Si bien, había una variante de batalla larga y 6,09 metros, una variante descapotable y otra Coupé. Bastidor fabricado en aluminio, suspensión neumática con altura variable así como amortiguadores con dureza variable son algunos de los detalles más llamativos en este ámbito.
Desde el fabricante británico han querido darle una despedida un tanto especial, haciendo de la última unidad un one-off que será entregada a un coleccionista de la marca encargada bajo pedido y que cuenta con batalla larga, con el exterior acabado en pintura azul (Powder Blue), mientras que en su habitáculo encontramos los relojes de la parte delantera y la pared divisoria inspirados en los de los grandes transatlánticos. El que hay ubicado en la consola central expresa 24 zonas horarias, permitiendo al conductor consultar en todo momento la hora de la ciudad en la que se encuentre.
Su salpicadero está provisto de molduras talladas en madera con decoraciones de barcos y motivos marítimos que contrastan con las alfombrillas de lana además de contar con una tapicería de color blanco.
Con este fin se deja ya el paso abierto a la octava generación del modelo, que supondrá un impotante avance en lo que concierne a tecnologías y diseño (manteniendo, claro está, las características que van inherentes al modelo en sí como su aspecto contemporáneo).