Desde Porsche han marcado un antes y un después muy contundente con la presente generación del 911. Y es que sabíamos que el actual 911 991 tenía todo lo necesario para asentar de una vez por todas la gama de motores turboalimentados en toda la gama al completo, y finalmente así fue. La incorporación de nuevos motores turbo tanto en el 911 Carrera como en el 911 Carrera S ha supuesto un golpe de efecto tremendo en las filas del deportivo alemán, y lo más interesante es que estamos solo ante el principio de un nuevo camino.
En Porsche ya han comentado en anteriores ocasiones el gran interés de la marca por continuar con la hibridación de los modelos core que tienen en el mercado, es decir, del nuevo 718 Boxster, del Cayman y por supuesto, del 911. Con el Cayenne y el 918 Spyder ya con esta tecnología implantada, el próximo en recibir set-up híbrido será el Macan, y después del crossover, le tocará el turno al 911. Y este paso, se llevará a cabo antes de que termine la década.
Un paso adelante en búsqueda de prestaciones
Al igual que vimos en el 918 Spyder, Porsche tratará de encaminar los híbridos en el 911 y el resto de coupés deportivos en búsqueda de maximizar las prestaciones y deportividad, a costa de añadir el mínimo peso posible y de que tenga un impacto ínfimo en las capacidades dinámicas sobre circuito. De esta manera, y trabajando ya sobre la próxima generación del 911, se especula con que el 911 híbrido será el salto intermedio entre el 911 GT2 y el 918 Spyder, es decir, un deportivo con aproximadamente 800 caballos y unas capacidades prestacionales que no quedarán muy lejos del 918 Spyder.
