Al igual que ocurre con las marcas que participan en el mundo de la competición y cuyos avances posteriormente se plasman en coches de calle, en ocasiones, modelos como el XL1 de Volkswagen capaz de homologar 0,9l/100 km que son una demostración de lo que son capaces de hacer desde el departamento de I+D para poner contra las cuerdas al resto de fabricantes en materia de consumo y emisiones.
Pues bien, el modelo estrella de VW, el Golf, pese a que aún no ha recibido su lavado de cara en su actual generación (séptima), desde la firma ya se encuentran desarrollando la generación que le procederá en el año 2019. Con unas normas anticontaminación cada vez más estrictas, y un público en general que predomina cada vez más la eficiencia, en Volkswagen quieren romper esquemas con la próxima generación. ¿Cómo? heredando la tecnología del XL1.
Parece claro que las primeras soluciones a adoptar son las más económicas, que no impliquen un aumento de costes en el modelo. Esto implica descartar el uso de aluminio o fibra de carbono a los mismos niveles que se emplean en el XL1. Y entonces, ¿qué nos queda? sí, como habrás deducido, la aerodinámica. Aunque no a un nivel tan radical como el XL1, donde se prima esta sobre una estética la estética y modularidad (especialmente, del pilar A hacia atrás, donde se puede ver claramente el sacrificio realizado). Evidentemente, en un coche de gran tirada como es el Golf, no se pueden aplicar estos conceptos.
En cualquier caso, cabe recordar que para VW lo de optimizar aerodinámica para mejorar consumos no es algo que le pille desprevenida, ya que en varios modelos de las marcas del grupo encontramos la etiqueta verde, que entre otras cosas, implica una mejora en la aerodinámica para contribuir a la reducción de consumo y emisiones. Una de las opciones que se barajan para mejorar considerablemente su aerodinámica, es la de emplear un alerón trasero con los brazos situados en los laterales de la luneta trasera. ¿Estaremos, por tanto, ante una lunea dividida al estilo de los Civic 8th/9th?
A nivel mecánico, aunque parezca que ya esté todo inventado (desconexión de cilindros, Stop&Start…), no es así. También se están barajando múltiples opciones de cara a reducir consumos. Empezando por motores de relación de compresión variable, los turbos eléctricos (anticipados ya en prototipos de Audi), volantes de inercia más avanzados, entre otros.