Hace cuestión de unos pocos meses, Audi introdujo paulatinamente en su gama el etiquetado Ultra. ¿Qué es el etiquetado Ultra? Básicamente, una etiqueta «ecológica» con la que la firma de los aros pretende identificar a sus modelos más eficientes de la gama. No es algo nuevo, puesto que es una idea que mismamente se lleva poniendo en práctica dentro del mismo grupo bajo marcas como SEAT con Ecomotive o Bluemotion en Volkswagen.
Se trata, por tanto, de una serie de soluciones agrupadas pensadas para reducir las cifras de consumo y emisiones sin repercutir necesariamente de forma negativa sobre las prestaciones. Hoy nos toca hacer una prueba al modelo Ultra más accesible de la gama por detrás del A1: el A3 Ultra. Como curiosidad, fue el primer modelo de la gama Audi en recibir dicha etiqueta ecológica, aunque luego le han precedido unos cuantos.
Diseño
Cuando lo vemos a simple vista, es fácil detectar que le falta «algo», aún pese a contar con algunos elementos estéticos del paquete S Line. Ese «algo» lo podemos achacar a las llantas, que ya de por sí, con el diámetro que tienen de serie en esta versión ‘Ultra’ (16 pulgadas) tampoco se pueden pedir milagros, pero si encima sumamos un diseño especialmente conservador lo hacen pasar por lo general bastante desapercibido. Si es lo que buscamos, ningún problema, pero si buscamos algo más pintón, tendremos un problema, porque en esta versión ‘Ultra’ sólo podemos optar por estas llantas (recuerda que lleva neumáticos de baja resistencia a la rodadura).
Eso sí, podremos completarlo con una gama de colores metalizados para la carrocería, colores efecto perla o incluso pintura personalizada de ‘Audi Exclusive‘. También encontramos los paquetes de cromados.
Habitáculo
Como suele ocurrir en muchos modelos de Audi, la vistosidad del interior puede cambiar abismalmente en función de la lista de opciones que hayamos escogido (por ejemplo, por las tapicerías, tipos de asiento, etc). Habiendo probado ya varias unidades del A3 (incluyendo el S3), poco podemos comentar de él que no hayamos hecho hasta la fecha. Líneas sencillas de aspecto minimalista con toque futurista (pero que resultan intuitivas porque nos podemos hacer fácilmente a su manejo e interacción). La consola central muestra un leve enfoque hacia el conductor y en el cuadro nos encontramos dos grandes esferas acompañadas de un ordenador de a bordo de grandes dimensiones que son los que nos proporcionarán toda la información relativa al estado de nuestro motor y de fácil lectura.
Los materiales presentan unos buenos ajustes y el tacto de los botones también presentan una gran sensación de calidad.
Mientras que en las plazas delanteras podremos contar con una disposición bastante cómoda para dos adultos (incluso en el caso de nuestra unidad dotada con asientos deportivos, que cuentan con numerosos ajustes como ajuste de inclinación de la banqueta), en el caso de las traseras, en la variante de tres puertas su espacio para las piernas se reduce considerablemente y no iremos especialmente cómodos si se trata de un viaje de larga distancia. Por otra parte, si medimos 1,90 o más, nuestra cabeza también quedará especialmente cerca del techo.
El maletero, aunque cuenta con una capacidad más que suficiente (365 litros), se ve superado por algunos rivales del segmento. Sí que hay que alabar las formas sencillas de su maletero, que permiten un gran aprovechamiento del espacio a la hora de cargar objetos dentro de él.
Mecánica
Aunque existe el etiquetado Ultra en varios de los motores del A3, en nuestro caso nos ha tocado sobre el TDI, que concretamente, va asociado al 1.6 TDI de 110 CV cuya potencia máxima la entrega entre las 3.200 y 4.000 vueltas, mientras que su par máximo es de 250 Nm entre las 1.500 y 3.000 vueltas. Y la elección de este motor no implica necesariamente que vaya con el etiquetado Ultra, ya que encontramos exactamente la misma motorización pero sin dicho etiquetado, algo más económico, eso sí.
Otra de las peculiaridades de optar por el etiquetado Ultra en esta combinación, es que no podemos optar por el cambio de doble embrague S Tronic. Es decir, únicamente contaremos con una caja de cambios manual de seis velocidades, algo que sin duda puede ser un impedimento para algunas personas debido al auge de este tipo de cajas de cambio automáticas. Pero esto tiene una razón de ser: parte de las modificaciones pasan por la relación de cambio revisada, inclinándose hacia una relación alargada en el grupo final.
Pero existen también otros muchos cambios, como la inclusión de neumáticos de baja resistencia a la rodadura (concretamente unos Michelin Energy Saver), alerón trasero, además de faldones laterales S Line, carenado en la parte inferior del paragolpes delantero que junto con una reducción de 15 milímetros en la altura de la carrocería que mejoran la parte aerodinámica del conjunto.
Aún hay más, y esto suele ser muy poco habitual en este tipo de versiones: una reducción de peso. Concretamente, de 25 kg frente a un A3 1.6 TDI de 105 CV, dejándolo en sólo 1.255 kg gracias a las técnicas de construcción ligera en su carrocería multimaterial.
Audi anuncia un consumo medio homologado de 3,4l/100 km (que equivalen a 89 g/km), que ya sabemos, se ve muy favorecido con las normativas de homologación europeas actuales. Pero al margen de eso, el registro obtenido ha sido más que satisfactorio en términos generales dadas las características del vehículo. Con una conducción mixta de carretera y ciudad, con el climatizador activado todo el rato y con cuatro personas, el consumo medio obtenido es en torno a los 6l/100 km. Haciendo una media sobre conducción exclusiva en carretera bajo las mismas condiciones, podríamos dejar esa cifra en torno a los 4,5-4,9l/100 km, y evidentemente, con el lastre de las personas que íbamos a bordo y el sistema de climatización.
Y a nivel prestacional, Audi promete un 0-100 km/h de 10,5 segundos con una velocidad máxima de 200 km/h. Cifras que sin ser especialmente brillantes, son más que suficientes para un conductor medio sin echar en falta potencia adicional.