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Continuamos con la segunda entrega de la prueba que esta semana hemos hecho al vehículo con el que la francesa Citroën ha revolucionado la estética y funcionalidad del segmento de los crossover compactos. Nos referimos al C4 Cactus, al que en la primera parte de la prueba pudimos analizar en aspectos tales como el diseño, el habitáculo o la mecánica.
Hoy nos adentraremos en el equipamiento tanto de serie como opcional que ofrece el Cactus en sus distintas versiones, y nos pondremos al volante durante un buen puñado de kilómetros para transmitirte las sensaciones que consigue producir un vehículo tan especial.
Equipamiento
La oferta actual del Cactus cuenta con cuatro posibilidades, dos gasolina y dos diésel. Las gasolina son las VTI de 82 CV con caja de cambios manual o manual pilotada; las diésel por su parte son la BlueHDi de 100 CV y cambio manual o la e-HDi de 92 CV con caja manual pilotada, esta última opción es la equipada en nuestra unidad de pruebas.
Con el motor diésel de 92 CV podremos escoger entre las versiones de equipamiento Live, Feel, Feel Fine, Feel Cool y Shine, o bien optar por una de las dos series especiales que Citroën ofrece bajo el nombre de Feel Edition Hello y Shine Edition Moonlight.
El acabado Live -17.850 euros- cuenta de serie con elementos como radio MP3 con 4 altavoces, luces diurnas LED, ESP+ASR y regulador de velocidad con limitador. El Feel -19.200 euros- añade el kit manos libres bluetooth, aire acondicionado, volante de cuero y barras en techo de color negro, el Feel Fine -19.430 euros- los faros antiniebla delanteros y rueda de repuesto y el Feel Cool -20.280 euros- climatizador, segunda toma de USB y llantas de aleación de 16 pulgadas. Por último, el acabado Shine -21.100 euros- incluye navegador, cámara de visión trasera, lunas traseras tintadas y radio MP3 con 6 altavoces.
Si nos decantamos por alguna de las series especiales, deberemos escoger entre dos: Feel Edition Hello -20.400 euros- con equipamiento que incluye llantas de aleación de 17 pulgadas, barras en el techo y retrovisores de color blanco, climatizador, segunda toma de USB, faros antiniebla, bluetooth, rueda de repuesto, etcétera. La segunda opción es la serie Shine Edition Moonlight -22.050 euros-, que cuenta con cámara de visón trasera, navegador, climatizador, lunas traseras tintadas, faros antiniebla, bluetooth, barras de techo negras, llantas de 17 pulgadas, etcétera.
Como puedes observar la oferta es amplia y escalonada, para que no sea difícil encontrar el equipamiento que más se adapte a nuestras necesidades. Si aun así fuera necesario acudir al catálogo de extras para completar alguna de las versiones, encontraremos elementos como el navegador -700 euros-, cámara trasera -500 euros-, sensores de aparcamiento traseros -500 euros-, rueda de repuesto -80 euros-, etcétera. No hay que olvidar que sobre todos los precios aquí expuestos la marca ofrece descuentos promocionales, por lo que la factura final puede reducirse hasta un 10 %.
En el apartado de seguridad, el Cactus cuenta con 6 airbags, ESP, asistente a la frenada de emergencia, sensor de presión de los neumáticos, asistente de arranque en pendiente y fijaciones ISOFIX en los asientos traseros.
Comportamiento
Giramos la llave y el motor se pone en marcha transmitiendo al habitáculo una sonoridad ligeramente mayor a lo que la marca nos tiene acostumbrados, sobre todo hasta alcanzar la temperatura de servicio. Este detalle, junto a otros como el sonido de las puertas al cerrar denotan que la fabricación de este coche no sigue los estándares habituales, son más bien otros enfocados a reducir tanto los costes como el peso final del coche.
En lo que al peso se refiere, los esfuerzos de Citroën han conseguido parar la báscula de este Cactus en cifras que rondan la tonelada, y eso es algo que tiene una relación directa con la dinámica y consumos de este crossover. Si hay algo que destaca en la conducción de Cactus es su agilidad con la que se mueve en todas las circunstancias, algo muy útil en nuestros desplazamientos urbanos.
En ese escenario es donde el Cactus saca a relucir todos sus encantos, con un funcionamiento suave, una carrocería compacta y una maniobrabilidad y visibilidad excepcionales. En las maniobras de estacionamiento me ha resultado muy útil la cámara de visión trasera, excepto en circunstancias de poca luz como por la noche o en el interior de garajes, donde deja bastante que desear.
El chasis se comporta bastante bien, y sus reacciones son predecibles y fáciles de controlar, incluso en circunstancias comprometidas. El motor de 92 CV se muestra muy capaz para mover un coche de la envergadura y peso del Cactus, no ofrece sensaciones deportivas, pero es suficiente para las circunstancias del día a día.
El verdadero talón de Aquiles de este modelo es su caja de cambio manual pilotada, algo que por desgracia consigue ensombrecer en buena medida sus virtudes. Las transiciones entre marchas son desesperantemente lentas, lo que produce molestos tirones sobre todo en las marchas más cortas. Esta circunstancia nos deja algo vendidos en situaciones como incorporaciones comprometidas o al acceder a rotondas, momento en que las fases de ausencia de empuje pueden acabar con nuestra paciencia.
Por ello el Cactus con cambio ETG es para aquellas personas que antepongan la comodidad de un cambio automático por encima del control sobre el vehículo y las sensaciones de conducción, el resto de mortales se deberán conformar ??jugando? con las levas fijas situadas tras el volante, que proporcionan algo más de control sobre lo que pasa bajo nuestros pies, pero que no consiguen solventar el problema de lentitud.
El consumo es uno de los apartados donde el Cactus saca muy buena nota, con un consumo medio homologado de 3,5 litros a los 100 que se antoja difícil de lograr, pero que permite consumos medios reales poco por encima de los 4,5 litros, una cifra excelente. En ciudad es fácil mantenerlo por debajo de los 6 litros, y en carretera a velocidades moderadas sobre los 4 litros.
Conclusión
El Cactus ha irrumpido en el mercado como una alternativa moderna y original, en un segmento donde modelos como el Renault Captur hasta ahora campaban a sus anchas. Su diseño es controvertido, pero esa es precisamente la carta de presentación con la que consigue hacer girar muchas cabezas en la calle.
El habitáculo está bien aprovechado y cuenta con soluciones ingeniosas, pero detalles como las ventanillas delanteras sin función de un toque, las traseras de tipo compás, el respaldo trasero de una pieza, etcétera no son propios de un coche que, como en el caso de nuestra unidad, sobrepasan la barrera de los 20.000 euros.
El equipamiento prescinde de modernos elementos de asistencia al conductor y muestra alguna pequeña carencia, pero es completo en lo esencial y consigue una buena relación con el precio de venta. El precio de los elementos opcionales también es razonable.
La mecánica es sencilla pero efectiva en un modelo que se caracteriza por su bajo peso, aunque es una pena que la caja de cambios no esté a la altura del resto de componentes, algo que consigue compensar la excelente cifra de consumos con la que este modelo se conforma.
Es un modelo joven pero ambicioso, que tiene previsto ampliar en breve su oferta mecánica, y que seguro conseguirá hacerse con unas buenas cifras de venta, que ya han conseguido superar las primeras expectativas, una buena noticia para este crossover made in Spain.