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Continuamos en nuestra sección de pruebas con la segunda parte del análisis del Fiat 500L Trekking, una variante Crossover de este vehículo familiar que ofrece versatilidad, espacio y diseño a partes iguales para todos los amantes de la estética del pequeño 500 que necesitan algo más.
Tras una primera entrega en la que hablamos sobre el diseño, el habitáculo y la mecánica del Trekking, toda el turno de conocer el precio y equipamiento de serie que Fiat ofrece para este vehículo, sin olvidarnos de su catálogo de extras y personalización. Si todavía no la has leído puedes hacerlo aquí.
También nos pondremos al volante de esta versión campera para comprobar su comportamiento en toda clase de terrenos y situaciones, haciendo especial hincapié en su consumo y sus cualidades off-road.
Equipamiento
El Fiat 500L asociado al propulsor diésel de 105 CV parte de los 20.049 euros ??descuentos de marca aplicados-, y se ofrece con un único nivel de equipamiento, que incluye de serie elementos como aire acondicionado, cuatro elevalunas eléctricos, control de crucero, start&stop, paragolpes con añadidos plásticos, volante y pomo en piel, faros antiniebla, sensor de aparcamiento trasero, llantas de aleación de 17 pulgadas y sistema de tracción plus.
El equipamiento es bastante completo si tenemos en cuenta que el precio se mantiene ajustado. Si queremos completar aún más su dotación podremos acudir a un catálogo de extras con elementos como los sensores de lluvia y luces -218 euros-, pintura bicolor -853 euros-, navegador -572 euros-, cámara de visión trasera -322 euros-, climatizador automático -374 euros- o techo solar fijo -727 euros- o practicable -1.143 euros-. Entre los extras se observan elementos que deberían formar parte de la dotación de serie, pero a su favor hay que decir que los precios no son excesivos.
En el apartado de seguridad, el 500L Trekking cuenta con 6 airbags, ESP, asistente de arranque en pendiente, ABS y distribución electrónica de la frenada. Por 385 euros podemos adquirir el pack seguridad que incluye el airbag para las rodillas del conducto y el sistema City Brake System, que previene las colisiones a baja velocidad típicas de la ciudad.
Comportamiento
A los mandos del 500L Trekking no tardamos en darnos cuenta de que es un vehículo diseñado para una conducción tranquila, sobre todo por el ajuste de su dirección de asistencia eléctrica, que resulta poco comunicativa, y a unas suspensiones elevadas con un tarado más bien blando. Si a esto le sumamos la altura del coche nos da como resultado una carrocería que tiende al balanceo y un chasis con un marcado carácter subvirador.
A cambio, el Trekking nos ofrece un confort interior muy logrado, ideal para el uso urbano, terreno para el que está pensado. En ese escenario sale a relucir su agilidad de manejo y su cómoda función City, que permite mover el volante con la fuerza de un dedo. Con ella, las maniobras de aparcamiento son un juego de niños, a lo que también ayudan los sensores de aparcamiento traseros y una excepcional visibilidad en todas las direcciones.
No es difícil encontrar los límites de adherencia si le buscamos las cosquillas, algo en lo que sin duda influyen los neumáticos mixtos, menos efectivos en asfalto que los convencionales. Llegado ese punto entran en acción las asistencias electrónicas, que nos devuelven a la trayectoria de forma eficaz aunque demasiado artificial.
El propulsor diésel de 105 CV se muestra capaz en prácticamente todas las situaciones, aunque es bastante perezoso en la zona baja del cuentavueltas, lo que obliga a manipular el cambio de marchas más de lo deseado en determinadas circunstancias. El consumo medio obtenido tras una semana de pruebas ha sido de 6,3 litros a los 100. Una buena cifra si tenemos en cuenta que su uso ha sido principalmente por vías urbanas y alguna que otra escapada campera. En carretera no es difícil conseguir consumos por debajo de los 6 litros.
Un aspecto que debe ser revisado por la marca es el funcionamiento del sistema start&stop. Tras una detención, es necesario dejar pisado el pedal de embrague demasiado tiempo para arrancar correctamente el motor, ya que si engranamos la primera velocidad y comenzamos con rapidez el ascenso del pedal para emprender la marcha, el motor se vuelve a parar. Esto obliga a hacer el movimiento demasiado despacio o rendirse ??como en mi caso- y llevar constantemente apagado el sistema.
Una escapada de fin de semana al campo es el momento ideal para poner a prueba los elementos que hacen que este 500L lleve el apellido Trekking, como pueden ser su suspensión elevada, sus neumáticos mixtos y su avanzado sistema de tracción. La primera consideración a tener en cuenta son sus limitaciones físicas, con un paragolpes delantero con escasa altura libre al suelo que nos impedirá abordar zonas muy comprometidas.
Teniendo en cuenta esto, y utilizando el sentido común, podemos pasar un buen rato con este coche por caminos y pistas en buen estado, donde los neumáticos M+S se muestran muy efectivos incluso en suelos blandos. Con respecto al sistema Traction +, he de decir que me ha sorprendido bastante su eficacia, ya que al activarlo ??solo funciona a baja velocidad- consigue mitigar buena parte de las pérdidas de tracción en suelos resbaladizos, incluidas zonas de barro por las que no hubiera apostado que pasaría.
Conclusión
El 500L Trekking es un coche realmente versátil, donde destaca un amplio habitáculo pensado para aprovechar hasta el último centímetro. Además cuenta con soluciones que le permiten hacer incursiones campereas de poca dificultad, una cualidad que cada día es más demandada.
En lo que respecta al diseño, es un coche llamativo, donde no termina de encajar el toque retro en una carrocería de esas dimensiones. Considero que con el recién desvelado 500X sí han conseguido unas proporciones más adecuadas donde plasmar la estética del pequeño 500, pero sobre gustos no hay ??casi- nada escrito. Eso sí, con un público joven como potencial comprador se echa en falta una mayor capacidad de personalización acorde con la estética desenfadada de la que hace gala.
El propulsor es adecuado para un uso eminentemente urbano; es suave; silencioso, y con potencia suficiente para mover los menos de 1.500 Kg que pesa. El cambio manual tiene un funcionamiento agradable y preciso, algo que se agradece en uso urbano.
Tiene un buen precio de partida para su calidad y equipamiento de serie, y se postula como una alternativa bastante más económica que el Mini Countryman, con el que comparte esencia. Además el catálogo de extras tiene precios razonables para todo aquel que decida completar la dotación, aunque faltan posibilidades como los faros de xenón o el acceso y arranque sin llave.