Hoy toca continuar con la prueba que hace unos días comenzamos a realizar al modelo más pequeño de la japonesa Mazda, que ha recibido mejoras tras su reciente renovación para plantar cara en el competido segmento de los subcompactos.
En la primera parte de la prueba analizamos de primera mano su bonita línea, inspirada en el lenguaje de diseño ??kodo? que la marca ha implementado a sus últimos lanzamientos. También repasamos las novedades de su habitáculo y las características técnicas del propulsor gasolina de 75 CV montado en nuestra unidad de pruebas.
En esta segunda parte haremos un recorrido por su listado de equipamientos y precios de venta, para posteriormente centrarnos en la prueba dinámica que nos mostrará las capacidades de este pequeño gran coche. ¿Empezamos?
Equipamiento
Con el propulsor gasolina de 75 CV se puede escoger entre tres niveles distintos de equipamiento denominados Pulse, Style y Style+. Por encima quedarían los acabados Luxury y Luxury Premium, reservados para las versiones más potentes.
El acabado Pulse ??13.850 euros- de acceso a la gama incluye elementos como aire acondicionado, volante multifunción, entradas USB y AUX, ordenador de a bordo, elevalunas eléctricos y retrovisores exteriores eléctricos. Un escalón por encima tenemos la versión Style -14.550 euros- que añade a lo anterior el asiento trasero divisible en formato 60/40, volante y pomo de cambio en cuero, bluetooth, control de velocidad y retrovisores calefactados.
Por último se encuentra la versión Style+ -15.550 euros-, equipada en nuestra unidad de pruebas, que añade la pantalla táctil a color de 7 pulgadas con navegador y controlador HMI commander, reproductor de CD, seis altavoces, cristales traseros tintados, advertencia de salida de carril y faros antiniebla. Además, este acabado puede ser complementado con el pack confort, que por 500 euros incluye el climatizador, sensores de aparcamiento y sensores de lluvia y luz.
Todas las versiones cuentan de serie con elementos de seguridad como seis airbags, control de tracción, control de estabilidad, inmovilizador y testigo de presión de los neumáticos.
Comportamiento
El Mazda 2 es un modelo concebido para su utilización en ciudad. Es un coche pequeño y muy manejable, ideal para circular de forma ágil por muy estrechas que sean las calles. En este escenario es donde mayor partido se le puede sacar al propulsor de 1,5 litros y 75 CV que da acceso a la gama.
El motor funciona con una suavidad y silencio propios de vehículos de segmentos superiores. La entrega de potencia no va a proporcionarnos ningún tipo de sensación deportiva, pero tampoco nos hará sentir la necesidad de un mayor empuje siempre que conduzcamos con anticipación y no hagamos una gran demanda al pedal del acelerador.
Los consumos en ciudad rondan los seis litros y medio, o incluso algo más si las condiciones no son favorables. Si tenemos en cuenta que su depósito de combustible es de 44 litros estaríamos hablando de una autonomía superior a los 600 km en ámbito exclusivamente urbano.
La economía de su propulsor encuentra su punto negativo en cuanto nos alejamos de la ciudad y nos topamos con situaciones como los carriles de aceleración o adelantamientos en vías de doble sentido. Aquí, el motor de 75 CV sí que se nos antoja escaso, y necesitamos echar mano constantemente de la palanca de cambios, que como punto positivo tiene un tacto y recorridos excelentes. Si nos alejamos de las vías de circunvalación sería recomendable barajar la opción del propulsor de 90 CV.
En carreteras de curvas enlazadas nos transmite mucha seguridad. Su tarado de suspensión que tiende a firme hace que sus reacciones sean rápidas y muy fáciles de controlar, y lo convierten en un coche de reacciones neutras. Pese a esto, no se pierde comodidad en su habitáculo, ya que la amortiguación absorbe de manera muy eficaz las irregularidades del asfalto.
El conjunto de frenado no es tan eficaz, ya que su configuración que alterna los discos en el eje delantero con el tambor en los traseros pierde mordida tras un uso intensivo, aunque realmente en un coche con las prestaciones tan limitadas no es un dato que resulte determinante. Esta configuración es extensible al resto de motorizaciones.
En recorridos extraurbanos y a velocidades moderadas el consumo se fija poco por encima de los 5 litros. El consumo medio que hemos obtenido durante una semana de pruebas alternando todo tipo de recorridos, aunque prioritariamente urbano, ha sido de 6 litros por cada 100 Km.
Conclusión
Mazda ha conseguido demostrar con este modelo que el tamaño no está reñido con la calidad. El 2 cuenta con uno de los diseños más atractivos del segmento, tiene un interior agradable y de calidad y una gama de motores acorde al planteamiento urbano con el que ha sido concebido.
El motor de 75 CV tiene un funcionamiento agradable y es ahorrador, aunque sus escasas prestaciones hacen recomendable la elección del modelo de 90 CV, situado un escalón por encima. No obstante, el ajuste de su chasis y el tacto de su cambio manual de 5 velocidades han conseguido que la experiencia acabe siendo realmente buena.
El nivel de equipamiento es acorde a su escala de precios, existiendo dotaciones para todos los gustos y bolsillos. Un aspecto a mejorar es la imposibilidad de equipar, aunque sea como extra los faros full LED exclusivos de la versión luxury, ya que los halógenos del resto de acabados dejan bastante que desear en conducción nocturna.