Aunque previsiblemente en los próximos meses Mercedes-AMG deberá recortar su catálogo para poder de esta forma hacer el ajuste pertinente de emisiones que le permita poder subsistir ante las nuevas exigencias -bajo cuantiosas multas- de la UE, las opciones más accesibles de su catálogo como es el Mercedes-AMG A 35 4MATIC Sedán que acabamos de probar en una breve toma de contacto son muy convincentes, siendo una alternativa a los Audi S3 Sedán (ya en su ciclo final de vida) y el BMW M235i xDrive Gran Coupé.
Mecánicamente es idéntico al A 35 4MATIC de cinco puertas: cuenta con el mismo motor de cuatro cilindros y dos litros con turbocompresor con una potencia de 306 CV entre las 5.800 y 6.100 rpm con un par máximo de 400 Nm entre las 3.000 y 4.000 vueltas. La potencia se gestiona a través de una caja de cambios automática de doble embrague y siete relaciones, denominada SPEEDSHIFT DCT AMG 7G y que cuenta con una función RACE START que permite realizar salidas efectivas desde parado (también conocido como Launch Control). El par se reparte entre ambos ejes con un sistema de tracción integral variable AMG Performance 4MATIC que lo distribuye a través de un embrague multidisco controlado electrónicamente.
Este sistema de tracción en condiciones normales actúa como si tuviese tracción delantera, si bien, cuando detecta pérdidas de tracción es capaz de enviar hasta un 50% del reparto para cada eje a fin de mejorar su motricidad en dichas condiciones.
Con esto, el Mercedes-AMG A 35 4MATIC Sedán consigue realizar el 0-100 km/h en tan sólo 4,8 segundos (1 décima más que la variante de cinco puertas), con una velocidad máxima limitada electrónicamente a 250 km/h y un consumo medio en ciclo WLTP de 7,7l a los 100 km.
A la hora de ponernos a sus mandos, lo primero que echamos en falta son los asientos AMG Performance (opcionales, cuyo coste es de 2.805 euros), que resultan mucho más sofisticados y efectivos si vamos a realizar habitualmente conducción por carreteras reviradas. En cualquier caso, los de serie que vienen con el vehículo nos transmiten sensación de ser más confortables y placenteros para viajes de larga distancia, por lo que esto dependerá como siempre del uso que le vayamos a dar al vehículo.
Aunque ya es conocido entre nosotros, el sistema multimedia MBUX con doble pantalla de 10,25 pulgadas nos permite a través de su inteligencia artificial poder sentirnos mucho más cómodos a bordo tanto por la información que nos confiere como por las posibilidades que tenemos a la hora de dar comandos de voz para ejecutar acciones. Por supuesto, la instrumentación ha sido debidamente personalizada por parte de AMG, y podemos destacar especialmente el menú AMG que nos ofrece un medidor de fuerzas G, datos del motor como temperatura de aceite o transmisión, además de múltiples ajustes a nivel de chasis y motor.
El volante es otra de las cosas que nos llaman también enormemente la atención, ya que cuenta con un doble selector de modos de conducción en la parte inferior del mismo, desde el que podremos ajustar la dureza de la suspensión hasta los diferentes modos de conducción sin tener que recurrir a mandos externos que nos puedan distraer. La postura de conducción nos ha resultado satisfactoria una vez la hemos ajustado a través de los múltiples reglajes eléctricos de los que disponía nuestra unidad.
Una vez ya hemos arrancado e iniciamos la marcha, nos llama la atención la respuesta que nos ofrece su motor especialmente a partir del medio regimen, que es cuando comienza a mostrar todo su potencial. El cambio de marchas se muestra con un funcionamiento muy bueno a la hora de subir marchas cuando son llevadas a cabo de manera manual mediante las levas tras el volante.
Pero eso sí, conviene poner de manifiesto que no es hasta que lo ponemos en el modo Sport+ cuando realmente escuchamos la bravura de su escape, con un sonido ronco, grave y que cuando levantamos el pedal del acelerador petardea, cosa que no hace en el resto de modos.
Los frenos muestran una gran contundencia a la hora de hundir el pedal (recordemos, conformados por unos discos de 350 mm y pinzas fijas de cuatro pistones en el eje delantero y 330 mm en el eje trasero), y la suspensión permite sentir irregularidades de la calzada sin que te llegues a sentir incómodo en ningún momento, salvo que circulemos por zonas donde el asfalto esté muy deteriorado, que es entonces donde sí que podemos sentirnos algo incómodo, cosa totalmente lógica teniendo en cuenta el tipo de vehículo que es. En cualquier caso, resultaría un vehículo perfectamente apto para el uso diario.
La dirección nos ha resultado precisa y rápida, permitiéndonos disfrutar de las enormes bondades con las que cuenta su chasis en el paso por curva.
Frente a un A 35 4MATIC, la principal razón que nos puede llevar a su elección, más allá de la estética, es la mayor generosidad en su maletero, que cubica 420 litros. Su precio en este caso parte de los 58.900 euros, es decir, un aumento prácticamente imperceptible respecto al mismo modelo de 5 puertas, que arranca en los 58.750 euros.