Seguimos adelante con la prueba que estamos realizando a uno de los vehículos más peculiares que puedes adquirir hoy en día, el MINI Cooper S Paceman. En la primera entrega, nos detuvimos a observar su impresionante diseño, su habitáculo y los datos de su mecánica, si no has tenido ocasión de leerla no dudes en hacerlo aquí.
Es bonito, espacioso y potente, pero? ¿cuánto hay que desembolsar por hacerse con uno de ellos?, ¿qué posibilidades de personalización tiene?, ¿se comporta en la carretera como un auténtico MINI Cooper?
Esas son las cuestiones que vamos a intentar despejar en esta segunda parte, que culminará con una extensa galería de fotos en la que podrás perderte entre la infinidad de detalles que nos regala el Paceman.
Equipamiento
En la actualidad, la versión Cooper S del Paceman parte de los 30.200 euros, 2.000 euros más si lo queremos con tracción ALL4 a las cuatro ruedas. A partir de ahí tendremos que escoger entre dos colores sólidos y 7 metalizados ??entre 264 y 476 euros-, 10 diseños de llantas, el color del techo, retrovisores y las franjas para el capó -116 euros-.
Para el interior, hay disponibles dos diseños de tapicería de tela y cuatro de cuero ??entre 1.141 y 1.849 euros-, así como tres tonalidades para las molduras. La dotación de serie incluye volante de cuero multifunción, suspensión deportiva, climatizador, asientos deportivos, elevalunas eléctricos, retrovisores exteriores eléctricos, pomo de la palanca de cambios en cuero, radio CD MP3 con toma auxiliar, control de crucero y llantas de aleación de 17 pulgadas.
El equipamiento no es muy completo para el precio del que parte, y si quieres complementarlo tendrás que acudir al interminable catálogo de extras, o bien decantarte por alguno de los paquetes que MINI pone a tu disposición bajo las denominaciones Wired, City, Salt, Chili, Pepper o John Cooper Works Chili, este último equipado en nuestra unidad de pruebas.
El paquete Wired -1.902 euros-, incluye el control por voz, bluetooth, sistema MINI Connected, Radio Visual Boost y sistema de navegación. El City -951 euros-, aportas sensores de aparcamiento traseros, retrovisores exteriores plegables, retrovisores exteriores e interior con función antideslumbramiento, y sistema de alarma con mando a distancia. El Salt -423 euros-, incluye el ordenador de a bordo, paquete de compartimentos, alfombrillas de velours, y paquete de iluminación. El Chili -2.038 euros-, cuenta con sensores de luz y lluvia, intermitentes blancos, alfombrillas de velours, paquete de compartimentos, faros de xenón y paquete de iluminación. El Pepper -423 euros-, contiene lo mismo que el Chili a excepción de los faros de xenón.
Como opción más cara dentro de los paquetes -4.053 euros-, nos encontramos el John Cooper Works Chili, que incluye todos los elementos del paquete Chili, además de molduras interiores negras, kit aerodinámico exterior, revestimiento del techo en antracita, llantas de aleación de 18 pulgadas y volante personalizado JCW.
Si todavía te quedan ganas -y dinero en la billetera- puedes terminar de equipar tu Paceman con elementos como el sistema de altavoces Harman Kardon -934 euros-, techo solar eléctrico -1.077 euros-, asientos delanteros con calefacción -319 euros-, o cambio automático con levas en el volante -1.692 euros-. La unidad cedida para la prueba contaba con todos estos elementos de confort, con un precio de venta de nada menos que 46.000 euros.
En lo que respecta a la seguridad, El MINI Cooper S Paceman cuenta de serie con elementos como airbags frontales, laterales y de cabeza ??delanteros y traseros-, anclajes ISOFIX en las plazas traseras, asistente de arranque en pendiente, control de estabilidad, control de frenada en curva, control dinámico de tracción con autoblocante electrónico, distribución electrónica de frenado, etcétera.
Comportamiento
La primera duda que me surgió al ver aparcado el Paceman fue si conseguiría, con esa peculiar carrocería, tener un comportamiento acorde a lo que MINI nos tiene acostumbrados con sus modelos apellidados Cooper S. Lo cierto es que no consigue tener las mismas cualidades dinámicas que el MINI de carrocería convencional, en parte debido a un mayor centro de gravedad y a una suspensión con mayor recorrido, pero aun así es un modelo con un comportamiento excelente.
La suspensión de serie es deportiva, que se puede sustituir por la convencional -sin sobrecoste- a la hora de su compra. Si nos quedamos con la ??dura?, contaremos con una agilidad asombrosa, con ligero balanceo en curvas enlazadas, pero con una sensación de aplomo y seguridad que nos permite circular realmente rápido.
Si a eso le sumamos la tracción total ALL4, el resultado mejora bastante, sobre todo en condiciones de poca adherencia como pistas sin asfaltar, barro o nieve. El motor de 1,6 litros turbo y 184 caballos empuja de forma contundente y constante desde la parte baja del cuentavueltas, y durante su recorrido, su sonido nos va incitando a hundir sin piedad el pedal para demostrarnos de qué es capaz.
Su conducción es realmente adictiva, sobre todo si el escenario es una carretera de curvas. El cambio de marchas automático funciona de una forma ejemplar, haciendo todo el trabajo por nosotros para que nos podamos centrar en trazar las curvas con una sonrisa en la cara, gracias a una dirección dura y precisa. La dirección es uno de los elementos que más me han gustado, pero he de reconocer que su dureza no resulta muy cómoda en ciudad.
Si pulsamos el botón Sport, ubicado en la parte más baja de la consola central, haremos que la dirección se endurezca aún más, y que el motor mejore su respuesta. El cambio automático ofrece la opción de un modo secuencial, que permite su manejo desde la levas situadas en el volante. Con ese modo seleccionado, las transiciones entre marchas son bastante rápidas, aunque no me he terminado de acostumbrar a que desde ambas levas se pueda tanto subir como bajar de marcha, será cuestión de práctica.
El consumo medio que el ordenador ha medido en toda la prueba ha sido de 9,7 litros a los 100 KM, aunque, como habrás deducido de la lectura, mi prioridad no ha sido en ningún momento la de conseguir registros bajos. No obstante, si se tiene cuidado con el pie derecho se pueden obtener consumos que se acercan más a los 7,7 litros que homologa de media. Del mismo modo, en conducción deportiva se puede ver literalmente como las rayas del nivel de combustible desaparecen del indicador, algo en lo que también influye que su depósito sea de solo 47 litros, lo que condiciona notablemente su autonomía.
Conclusión
Es un coche realmente genial; su diseño aporta mucha frescura a la familia MINI, con el añadido de un habitáculo muy aprovechable gracias al aumento de sus cotas exteriores. Además consigue mantener el espíritu Cooper con un comportamiento dinámico sobradamente deportivo. A día de hoy, si tuviera que decantarme por una de las siete carrocerías de MINI, escogería ésta sin dudarlo.
La tracción total le aporta un extra de seguridad en situaciones comprometidas, a la vez que posibilita transmitir toda la potencia al suelo desde parado en salidas rápidas. En lo que respecta al cambio de marchas automático, es totalmente recomendable, ya que es suave cuando tiene que serlo y rápido y contundente cuando se le exige, no se le puede pedir más.
Por otro lado, estamos hablando de un vehículo muy caro, con un catálogo de extras que no lo es menos, lo que hace que el precio final se dispare a cifras prohibitivas en cuanto queramos dotarlo de los elementos que un coche así merece, tanto en diseño como en confort.
Cuando hablamos de MINI, todos tenemos claro que en el precio de venta vienen incluidos infinidad de conceptos, muchos de ellos tangibles, como la calidad de sus materiales, la mecánica y los ajustes; y otros intangibles, como la imagen de marca y la exclusividad, y eso, por desgracia, también está incluido en la factura final.
Lo mejor:
– Diseño
– Comportamiento
– Espacio para 4 adultos
Lo peor:
– Lagunas de equipamiento
– Escasa autonomía
– Precio
MINI Cooper S Paceman ALL4
Fotos: |aemese22|