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Hoy toca continuar con la prueba que ayer comenzamos sobre el Mitsubishi ASX, un SUV compacto que reúne todas las cualidades para posicionarse dentro de un nicho de mercado tremendamente competido.
Tras analizar en la primera entrega de la prueba aspectos como el diseño, el habitáculo y la mecánica, ahora toca ponerse al volante del ASX en todo tipo de terrenos para comprobar el funcionamiento de su propulsor de 150 CV y, sobre todo, de su sistema de tracción integral. También haremos un recorrido por sus distintos niveles de equipamiento y precios de venta que podremos encontrar en sus concesionarios.
Equipamiento
El Mitsubishi ASX se comercializa en tres acabados diferentes. La gama comienza en el Challlenge, con un precio de 15.995 euros correspondiente al propulsor gasolina de 117 CV y de 18.445 euros para el diésel de 114 CV, ambas con tracción delantera. Incluye llantas de aleación de 16 pulgadas, retrovisores exteriores eléctricos, volante y pomo de cambio en cuero, faros antiniebla, sensores de lluvia y luz, climatizador automático, sensores de aparcamiento traseros, control de crucero, start&stop, etcétera.
Un escalón por encima está el acabado Motion, con un precio de 18.395 euros para la versión gasolina -FWD-, de 20.645 para la diésel de tracción delantera y de 23.595 para la diésel con tracción total. Este acabado incluye además de lo anterior los retrovisores plegables eléctricos con intermitentes LED integrados, acceso sin llave, llantas de aleación de 18 pulgadas, cristales traseros tintados, techo panorámico, faros de xenón, cámara de visión trasera, bluetooth y equipo de sonido con pantalla táctil de 6,1 pulgadas.
Por último, y en el escalón más alto se encuentra la versión Kaiteki, que se puede asociar al propulsor diésel de 114 CV -23.045 euros- o bien al más potente de 150 CV, tracción total y cambio automático -29.545 euros-, protagonista de nuestra prueba. La versión Kaiteki añade la tapicería de cuero, sistema de navegación multimedia con pantalla táctil de 7 pulgadas, equipo de sonido Premium Rockford Fosgate de 9 altavoces y 710 W y regulación eléctrica del asiento del conductor.
En lo que a seguridad se refiere, todas las versiones vienen equipadas con 7 airbags ??incluido el de las rodillas del conductor-, anclajes ISOFIX en las plazas traseras, sistema de asistencia a la frenada, asistente de arranque en pendiente, control de estabilidad, control de presión de los neumáticos, señalización de frenada de emergencia, etcétera.
Comportamiento
El comportamiento del ASX evidencia desde el primer momento que ha sido diseñado para su conducción en asfalto. Es un coche que pisa con firmeza y se muestra ágil en prácticamente todas las maniobras. La suspensión es confortable, pero lo suficientemente firme como para proporcionar un buen paso por curva, sin excesivos movimientos de balanceo gracias a su bajo centro de gravedad.
La dirección de asistencia eléctrica no proporciona mucha información de lo que pasa bajo los neumáticos, pero es precisa y permite guiar sin problema el eje delantero por la trayectoria que deseemos. Tiene un comportamiento similar al de un compacto, con la diferencia de unos recorridos de suspensión ligeramente mayores.
El propulsor de 2,3 litros y 150 CV es ideal para un coche del tamaño y peso del ASX, que no es precisamente ligero. Responde con contundencia a las demandas del pedal del acelerador y se compenetra a la perfección con el cambio automático de 6 velocidades. Su mejor respuesta se encuentra en las zonas baja y media del cuentavueltas, y en ningún momento da sensación de falta de potencia.
En una semana de pruebas en la que hemos conducido en toda clase de situaciones, y un reparto equitativo entre ciudad y carretera hemos obtenido un consumo medio de 7,4 litros a los 100. Es un consumo bastante superior al homologado por la marca, y que todavía es susceptible de aumentar si aumenta su uso en ciudad o con la tracción total.
El sistema de tracción total se controla desde un botón situado en la consola central. Desde ahí se pueden escoger entre los modos 2WD, 4WD y 4WD Lock. Con la primera únicamente se transmite la potencia a las ruedas delanteras, con la segunda se mantiene la transferencia al eje delantero, pero de forma automática se reparte entre ambos cuando se detecta una pérdida de tracción. Por último, el modo Lock bloquea la transmisión para un reparto equitativo entre ambos ejes, ideal para salvar obstáculos complicados o zonas de barro.
La principal desventaja del ASX fuera del asfalto es su escasa altura libre al suelo, de 17 centímetros, que del mismo modo que en carretera nos proporciona un gran comportamiento, se vuelve un inconveniente a la hora de afrontar zonas complicadas. Su mejor rendimiento lo encontraremos en pistas de tierra en buen estado, aunque con sentido común y conociendo las limitaciones del coche seremos capaces de atravesar terrenos que aparentemente están reservados para todoterrenos puros gracias a su eficaz sistema de tracción.
Conclusión
El Mitsubishi ASX es un modelo consolidado en el mercado, en un segmento que ha vivido un espectacular auge en los últimos años. Tiene un diseño atractivo y compacto, un habitáculo de calidad aunque excesivamente sobrio y una eficaz mecánica que funciona a la perfección acompañada de una caja de cambios automática que es un ejemplo de suavidad.
Su precio está al nivel de sus competidores más cercanos, aunque su estructura de equipamientos hace que sea imposible configurar ciertos motores y cajas de cambio sin acudir a niveles de equipamiento que no tienen por qué ser lo que el cliente busca.
Tiene un comportamiento dinámico excelente, ideal para devorar kilómetros en carretera, y su sistema de tracción permite darse alegrías fuera del asfalto siempre que el terreno no sea excesivamente complicado. En definitiva, es un coche realmente completo que cumple con solvencia en prácticamente cualquier escenario.