Hoy toca hablar del Mitsubishi Outlander, uno de los modelos estrella de la marca japonesa, que ha aumentado notablemente su popularidad en nuestro país a raíz de la profunda actualización que recibió el año pasado.
El nuevo Outlander ha recibido un centenar de mejoras que evidencian un cambio mucho más allá del estético que podemos percibir a simple vista. Durante una semana nos hemos puesto al volante de la versión diésel de 150 CV y tracción delantera denominada 220 DI-D para contaros que es lo que se puede esperar de este SUV que batalla en un segmento repleto de rivales.
Diseño
Como hemos dicho, el diseño es el cambio más evidente de este nuevo Outlander que, sin ser radical, sí consigue dotarle de un aspecto mucho más moderno y robusto.
Sus dimensiones son 4,69 metros de largo, 1,81 metros de ancho y 1,68 metros de alto. La distancia entre ejes es de 2,67 metros.
El frontal es el que recibe mayor modificación, gracias a un paragolpes rediseñado donde cobran protagonismo las grandes superficies cromadas que emergen junto a las ópticas, también de nueva factura. Entre ellas una calandra de diseño horizontal hace destacar el logo de la marca, en posición elevada.
El lateral está marcado por una línea que une las ópticas delantera y trasera, y que sirve para dar continuidad a un diseño que destaca por un habitáculo ligeramente retrasado y una línea de capó prácticamente horizontal. Las bonitas llantas cromadas son de 18 pulgadas con neumáticos 225/55/R18.
Ya en la parte trasera nos detenemos en unos pilotos de nuevo diseño que incluyen tecnología LED y le dan un gran aspecto por la noche. Entre ellos una nueva pieza cromada. El portón del maletero es eléctrico en el acabado Kaiteki, reservado para los modelos de tracción total. La zona baja del paragolpes incluye un difusor negro y gris que acomoda las luces de marcha atrás y antiniebla.
Habitáculo
Al abrir las puertas del Mitsubishi Outlander descubrimos un habitáculo amplio y de materiales sólidos y de apariencia resistente. El punto negativo se lo lleva el diseño, de aspecto demasiado anticuado, lejos del que ofrecen la mayoría de sus rivales.
El puesto de conducción es cómodo, y los asientos están tapizados en una tela de buena calidad muy agradable al tacto. Todos los mandos están bien situados, a excepción del que controla las pantallas del ordenador de a bordo, que se encuentra oculto tras el volante y nos obliga a soltar una mano para poder accionarlo.
El cuadro de instrumentos es clásico, con dos relojes de buen tamaño y una pantalla en el centro de 4,2 pulgadas que nos ofrece información útil para la conducción. El volante incluye mandos para el control de crucero, el sistema multimedia y el teléfono.
Quizá la nota más baja se la lleve el sistema multimedia, que se controla desde una pantalla táctil de 7 pulgadas ubicada en el centro del salpicadero. Sus menús no resultan nada intuitivos y tienen un diseño poco atractivo. Dispone de múltiples huecos de buen tamaño para dejar objetos, en las puertas, delante de la palanca de cambios y bajo el reposabrazos.
La segunda fila de asientos destaca por su amplitud en todas sus cotas, tanto en altura como en espacio para las rodillas, donde sobresale. Estas plazas no tienen salidas propias del sistema de climatización. El espacio es suficiente para tres adultos también en anchura, aunque el diseño del asiento hará que el ocupante de la plaza central no vaya tan cómodo como los de las laterales.
El maletero tiene una capacidad de 550 litros para la versión de 5 plazas y de 519 para la de 7. Esta última se tiene que conformar con 145 litros si despliega esa tercera fila de asientos. Nuestra versión -5 plazas- contaba con un práctico doble cajón bajo la tablilla para guardar objetos como los triángulos y evitar que vayan sueltos en el espacio del maletero. También existen dos huecos más pequeños a ambos lados para dejar objetos de menor volumen. Si abatimos la segunda fila de asientos la capacidad de carga llega hasta los 1.718 litros.
Mecánica
El Mitsubishi Outlander con motor diésel 220 DI-D de 150 CV monta un bloque turboalimentado de 4 cilindros en línea y 2.268 cm3. Rinde una potencia de 150 CV a 3.500 rpm y un Par motor de 380 Nm entre las 1.750 y las 2.500 rpm.
Este propulsor le permite acelerar de 0 a 100 Km/h en 10 segundos y alcanzar una velocidad máxima de 200 Km/h, todo ello con un consumo medio homologado de 4,9 litros por cada 100 Km.
La potencia se transmite al eje delantero a través de una caja de cambios manual de 6 velocidades y la dirección cuenta con asistencia eléctrica. La suspensión delantera es de tipo McPherson mientras que la trasera monta una Multi-Link, ambos ejes con barra estabilizadora.
Este Outlander consigue parar la báscula en 1.585 Kg y su depósito de combustible tiene una capacidad de 63 litros. En la segunda parte de la prueba podremos analizar el comportamiento de todos estos componentes mecánicos en nuestra prueba de conducción. Tampoco faltará el repaso por sus distintos niveles de equipamiento y precios.
Enlace: segunda parte de la prueba (equipamiento, comportamiento, conclusión)