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Hoy nos toca seguir adelante con la prueba que hace unos días comenzamos sobre un monovolumen muy espacial, el Opel Zafira Tourer Turbo. Este modelo familiar de siete plazas cuenta con un propulsor de gasolina de 1,6 litros y nada menos que 200 CV de potencia, una combinación atípica que resulta ideal para quien no quiere renunciar a nada. En la primera parte de la prueba repasamos aspectos como el diseño, el espacioso habitáculo y sus datos mecánicos, si todavía no la has leído puedes echarle un vistazo aquí.
En esta segunda entrega analizaremos su listado de precios y equipamientos, para posteriormente sentarnos al volante de este monovolumen y comprobar el comportamiento de esta combinación tan interesante.
Equipamiento
El Opel Zafira Tourer tiene un precio de partida de 18.550 euros ??descuentos aplicados- que se corresponde con la versión 1.4 gasolina de 120 CV y acabado Expression. Si queremos hacernos con la versión 1.6 de 200 CV tendremos que asociarlo al nivel de equipamiento más completo -Excellence-, con un precio de venta de 26.681 euros ??contando el descuento de marca aplicado de 3.919 euros-.
Con el acabado Excellence, el Zafira equipa de serie elementos como el control de crucero, volante de cuero, sistema de asientos Lounge Seating, llantas de aleación de 17 pulgadas, chasis deportivo rebajado, freno de estacionamiento eléctrico, faros antiniebla, cristales traseros oscurecidos, pilotos traseros LED, climatizador bizona, sensor de lluvia y luces, bluetooth, retrovisor interior antideslumbramiento, etcétera.
En el apartado de seguridad cuenta con seis airbags, dos anclajes ISOFIX, control de estabilidad, control de tracción, reposacabezas delanteros activos, sensor de presión de los neumáticos y asistente de arranque en pendiente.
Una vez escogida la versión podremos decantarnos por la pintura metalizada -509 euros- o la tapicería de cuero perforado -1.872 euros- en lugar de la mixta de serie. Muchos de los opcionales se agrupan en paquetes cerrados, como el Pack Drive Assist 1 -468 euros- que incluye la cámara frontal Opel Eye, indicador de la distancia de seguimiento y sistema de reconocimiento de señales, el Pack Drive Assist 2 -806 euros- que incluye el control de crucero adaptativo y el indicador de la distancia de seguimiento, o el Pack de Protección Perimetral, que incluye el control de distancia de aparcamiento delantero y trasero, asistente avanzado de aparcamiento, detector de ángulo muerto y retrovisores exteriores plegables eléctricamente.
Otros opcionales destacados son los faros bixenón adaptativos -1.066 euros-, Navegador Navi950 con IntelliLink -780 euros- con conector USB, pantalla a color de 7 pulgadas y control por voz, techo solar con parabrisas panorámico -1.279 euros- o sistema de estabilidad adaptativa FlexRide -905 euros-.
Comportamiento
Al girar la llave de contacto el motor de gasolina nos responde con un agradable sonido que en absoluto desentona con el ambiente familiar que evoca su habitáculo. La característica principal de este modelo es su suavidad y confort de marcha. Resultan muy agradables sus transiciones entre marchas, realizadas con una palanca con un tacto duro y preciso que me ha gustado mucho una vez acostumbrado a sus características.
En ciudad se maneja con soltura, salvando sus generosas dimensiones, gracias a su posición de conducción elevada y a una buena visibilidad en todas direcciones. La distancia que peor se controla es realizando maniobras marcha atrás, algo que en parte se soluciona con la cámara trasera, y digo en parte ya que de día sí que es un complemento útil, que no lo es tanto en situaciones de poca luz, donde la calidad de su imagen disminuye notablemente.
En carretera desaparecen esos pequeños problemas, y el comportamiento del Zafira se asemeja al de un turismo convencional. Su mayor altura no penaliza en exceso sus cualidades dinámicas, donde muestra un comportamiento bastante neutro, con ligeros balanceos en los cambios de apoyo que no llegan a resultar incómodos. Al usar los botones del sistema FlexRide y escoger entre los modos de conducción Sport, Normal y Tour, podemos adecuar las características del coche en función de nuestras necesidades. El cambio entre los diferentes modos no es ni mucho menos radical, pero sí lo suficiente como para dar un toque deportivo a este modelo y adecuar su chasis a la potencia de que dispone.
En la zona baja del cuentavueltas el Zafira Tourer Turbo se comporta de manera muy civilizada, esperando a que hundamos el pie derecho para despertar todo su potencial y sorprendernos con una aceleración que nos hace dibujar una sonrisa. Desde las 2.000 revoluciones por minuto y hasta prácticamente la zona roja del indicador, el propulsor de 1,6 litros empuja de forma constante y progresiva que invita a apurar cada una de las seis relaciones de cambio.
El conjunto de frenado también cumple con nuestras expectativas, con una mordida contundente que resulta muy fácil de regular desde el pedal de freno. El punto negativo lo encontramos en la cifra de consumo, que se mantiene en una cifra muy alejada de los 6,8 litros de media que homologa la marca. En ciudad el consumo supera los 10 litros de media, y en carretera a ritmos legales los 6,5 litros. La media de nuestra prueba de una semana ha sido de 9,4 litros a los 100.
Conclusión
El Zafira Tourer Turbo es un modelo fuera de lo común que viene a rellenar un hueco en el mercado pensado para todos aquellos necesitados de un monovolumen de siete plazas sin renunciar a un prestacional motor de gasolina. Tiene un diseño atractivo y un habitáculo lleno de soluciones pensadas para el confort de sus ocupantes, aunque existan detalles que ensombrecen su uso en el día a día.
Su mecánica resulta muy agradable y silenciosa en un uso tranquilo, y una gran respuesta cuando queremos hacer uso de los 200 CV con que ha sido concebido. El chasis, aunque no se puede calificar de ágil, sí que es lo suficientemente bueno como para compaginar con éxito la combinación de un potente propulsor con una carrocería grande y alta.
El equipamiento de serie es completo, y el precio de sus elementos opcionales correcto, aunque se echa en falta poder acceder a otros niveles de acabado y la posibilidad de acoplar una caja de cambios automática, una opción que va ganando cada día más adeptos en nuestro país.