Tras unas semanas sin pruebas volvemos a la carga con esta sección, y lo hacemos con el análisis de un completísimo vehículo que aglutina bajo una misma carrocería la mayoría de virtudes que se buscan a la hora de escoger un coche.
Este no es otro que el nuevo Skoda Octavia RS, que se renovó por completo el año pasado para seguir ofreciendo un modelo deportivo que no renuncia a la practicidad del día a día. Las siglas RS ??Rally Sport? sirven como apellido a la versión más prestacional de este nuevo Octavia, que en su variante de gasolina presume de ser el Skoda más rápido de la historia.
Para nuestra prueba se ha escogido la versión diésel con cambio manual, que con sus 184 CV ofrece unas prestaciones realmente buenas, un consumo de combustible contenido y un habitáculo amplio y bien aprovechado. Una perfecta combinación entre diseño y funcionalidad que te mostraremos en esta prueba dividida en dos partes.
Diseño
La nueva generación del Octavia sigue fiel a la estética que ya conocíamos del modelo, pero ahora se nutre del nuevo lenguaje de diseño que impera en todos los últimos lanzamientos de la firma checa, sobre todo en lo que a la parte frontal se refiere.
La versión RS se caracteriza por una estética mucho más agresiva que la del resto de opciones de la gama, gracias a elementos como los paragolpes delantero y trasero, ópticas, pinzas de freno, escape o llantas de aleación exclusivas.
Gracias a estos aditamentos, se consigue dar un vuelco absoluto a la imagen el Octavia, que pasa de ser una berlina sobria y elegante a una que emana deportividad por los cuatro costados, algo a lo que también ayuda el color azul ??race? que presenta nuestra unidad de pruebas, y que ya se popularizó en la anterior generación del Octavia RS.
Sus dimensiones son 4,68 metros de largo, 1,81 metros de ancho y 1,45 metros de alto. La distancia entre ejes de este modelo es de 2,68 metros.
El frontal destaca por una mirada moderna y tecnológica gracias a las nuevas ópticas que incluyen una tira de iluminación LED para la función diurna. El paragolpes y la rejilla delantera en negro brillante son exclusivos de la versión RS, que muestra sus siglas a modo de presentación. La rejilla inferior con motivos hexagonales sirve como refrigeración para el radiador e incluye el radar para el control de crucero adaptativo -690 euros-.
El esculpido capó muestra cuatro nervaduras longitudinales, las dos centrales sirven para dar protagonismo al logotipo de la marca, y las exteriores, que nacen de las esquinas de la rejilla dan continuidad a la línea del coche, y se funden con los pilares delanteros.
En la vista lateral, es imposible no detenerse ante las imponentes llantas de cinco pétalos, perfil bajo y 19 pulgadas que son responsables de buena parte de la estética deportiva del modelo. Tras ellas, podemos ver como las pinzas de freno se han pintado en un llamativo color rojo.
La trasera tampoco deja duda de su vocación deportiva, con un alerón sobre la tapa del maletero y un difusor de color negro que alberga dos embellecedores de escape cromados ??solo es funcional el izquierdo-. Esta zona también muestra el logotipo que nos indica que estamos ante la variante deportiva de este singular Skoda.
Habitáculo
Sus generosas dimensiones exteriores consiguen que el Octavia cuente con un amplísimo habitáculo en sus dos filas de asientos. La versión RS se distingue por contar con un volante de tres radios, asientos deportivos con reposacabezas integrado, pedales de aluminio y el logotipo del acabado en el umbral de la puerta, asientos, volante y palanca de cambios.
El puesto de conducción es cómodo, y los asientos de corte deportivo recogen perfectamente el cuerpo en conducción deportiva, lugar en el que no es difícil encontrar la postura ideal gracias a los múltiples reglajes con los que cuenta, que pueden ser eléctricos en el asiento del conductor por 510 euros.
Todos los instrumentos y controles son de fácil manejo y lectura, y su diseño y buen ajuste está directamente influenciado por el grupo VAG, al que pertenece Skoda. El cuadro de instrumentos cuenta con una pantalla a color ubicada entre las dos esferas que muestra toda la información necesaria para la conducción, como la navegación, sistema multimedia, teléfono, ordenador de a bordo y control de crucero adaptativo.
El sistema multimedia y de navegación se controla desde una enorme pantalla táctil situada en la consola central. El manejo de esta pantalla es sencillo e intuitivo, y tanto la visualización de los mapas como la de los menús es muy atractiva. Es uno de los mejores sistemas multimedia que se pueden encontrar en la actualidad, y que ya pudimos probar instalado en la nueva generación del Volkswagen Golf.
En líneas generales, la calidad y ajustes de los materiales es muy buena, pero cuenta con algunos detalles que hacen desmerecer el aspecto final, como el guarnecido plástico del interior de las puertas, que debería ir tapizado a juego con los asientos, o la ausencia de luces de cortesía para los parasoles.
En la segunda fila de asientos, sus ocupantes contarán con espacio más que suficiente tanto para las piernas como para la cabeza. Allí se pueden acomodar hasta tres adultos con buen espacio para los hombros, aunque el ocupante de la plaza central tendrá que sortear el habitual túnel central. Aunque el espacio es el mismo, el hecho de contar con asientos delanteros de una sola pieza da la sensación de restar hueco para las plazas traseras, algo que se evita en parte con la instalación del techo solar practicable -965 euros-, que aumenta la sensación de espacio y la luminosidad de nuestro habitáculo.
El maletero cuenta con una enorme capacidad de 590 litros, repartidos en un espacio de formas rectas al que se accede a través de la enorme boca de carga que dejan el portón y la luna trasera, que se abren de forma solidaria. La capacidad se puede aumentar hasta los 1.580 litros si abatimos los asientos traseros, que permiten una configuración de 60/40 y se tumban accionando unos cómodos tiradores situados en el maletero.
Nuestra unidad contaba con prácticas redes para la sujeción del equipaje, y una alfombrilla reversible, con una parte tapizada y otra de goma para evitar que ciertas cargas dañen el maletero. Bajo la tablilla se ubica una rueda de repuesto de dimensiones reducidas.
Mecánica
Como hemos dicho más arriba, la versión RS del Octavia puede escogerse en versiones diésel y gasolina. Hemos probado la primera de ellas, que cuenta con un bloque turboalimentado de cuatro cilindros y dos litros ubicado de forma transversal.
Cuenta con una potencia de 184 CV entre 3.500 y 4.000 RPM y un par motor de 380 Nm entre las 1.750 y las 3.000 RPM. Estas cifras le permiten contar con una aceleración de 0 a 100 en 8,1 segundos y alcanzar una velocidad máxima de 232 km/h, todo ello con un consumo mixto homologado de 4,6 litros por cada 100 km.
Esta potencia se transmite al eje delantero, a través de una caja de cambios manual de seis velocidades, que tiene un tacto muy preciso desde su palanca de cambios de recorridos cortos. Por 1.600 euros más se puede contar con la opción de cambio automático de doble embrague DSG, también altamente recomendable para esta versión deportiva.
Cuenta con suspensión independiente en las cuatro ruedas y un potente y eficaz equipo de frenado del que hablaremos en el apartado de comportamiento de esta prueba. La dirección, de asistencia eléctrica y resistencia variable también juega un papel importante a la hora de guiar con precisión los 1.470 kg que pesa este polivalente vehículo.
En la segunda parte de la prueba haremos un recorrido a través del extenso equipamiento y catálogo de opciones del Octavia, junto con sus respectivos precios para nuestro país. También analizaremos de forma exhaustiva el comportamiento que ha arrojado tras una semana de constantes pruebas dinámicas.
Enlace: segunda parte de la prueba (equipamiento, comportamiento, conclusión)
