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Continuamos con la prueba que empezamos hace unos días sobre uno de los coches más originales que ha pisado nuestro garaje últimamente. Nos encontramos ante un digno sucesor del mítico escarabajo, que se ha ganado a pulso un lugar destacado en la historia del automovilismo.
Tras una primera entrega en la que pudimos conocer aspectos como el diseño, el habitáculo y la mecánica de este original descapotable, llega el turno de profundizar en aspectos como el equipamiento, la seguridad y el comportamiento del Volkswagen Beetle Cabrio.
A modo de recordatorio te diré que estamos a bordo de la versión de gasolina de 160 CV y acabado R-Line, que en la actualidad ha sido sustituida por una más moderna de 150 CV que consigue mejorar las cifras de consumo manteniendo las prestaciones.
Equipamiento
Con ese acabado deportivo R-Line, el Beetle Cabrio con motor TSI de 150 CV tiene un precio de partida de 31.710 euros, y cuenta de serie con elementos como unas llantas específicas de 18 pulgadas y diseño ??Disc?, climatizador bizona, control de crucero, bluetooth, indicador de presión de los neumáticos, faros antiniebla, asistente de arranque en pendiente, sensores de lluvia y luz, start&stop, paragolpes específicos, alerón y taloneras con diseño R-Line, volante multifunción, conexiones USB y Aux, etcétera.
En el apartado de seguridad, viene equipado con seis airbags, barras antivuelco eyectables, control de estabilidad, control de tracción con autoblocante electrónico, reposacabezas delanteros activos, anclajes ISOFIX, etcétera.
El equipamiento de serie es adecuado, aunque siempre podemos acudir al amplio catálogo de extras y terminar de personalizar nuestro Beetle con elementos como el paquete Sport -300 euros- que incluye el tren de rodaje deportivo y los indicadores de presión de turbo, cronómetro y temperatura de aceite en el salpicadero, faros bi-xenón -785 euros-, cámara de marcha atrás -220 euros-, acceso y arranque sin llave -470 euros-, paquete music&sound Fender -575 euros- con luz ambiental en tres colores, conexión para IPhone/iPad, y subwoofer en el maletero de 400 W, paravientos -335 euros-, navegador -555 euros- o alarma antirrobo -335 euros-.
Además de este acabado deportivo, el Beetle Cabrio está disponible en las versiones Beetlemanía -25.230 euros-, Design -27.070 euros-, Sport -29.970 euros- y Karmann -29.460 euros-.
Comportamiento
El Beetle Cabrio es un coche muy divertido de conducir, ya que se muestra ágil en sus reacciones y su puesto de conducción es realmente cómodo y original. Aunque las temperaturas no han acompañado, no he podido resistir la tentación de conducirlo la mayoría del tiempo con la capota quitada y disfrutar así de todas las sensaciones que solo un coche así es capaz de ofrecer.
La altura de su parabrisas y el deflector de viento ??que se pliega y se guarda en la parte superior del maletero- hacen que se pueda circular sin que el ruido ni el viento nos molesten, pudiendo incluso mantener una conversación con nuestro acompañante sin necesidad de levantar la voz. Con la capota puesta no notaremos grandes diferencias con respecto a la versión normal, ya que su calidad y ajuste consiguen un perfecto aislamiento térmico y acústico.
El motor de gasolina y 160 CV me ha parecido un complemento perfecto para este Cabrio, ya que es suave y silencioso, y su respuesta es adecuada para mover el peso del conjunto. Las prestaciones no son de infarto, ni falta que hace, porque como de verdad se disfruta este coche es paseando y disfrutando del entorno a velocidades moderadas. El cambio manual de seis velocidades tiene un buen tacto y es muy divertido de manejar, aunque tratándose de Volkswagen, la opción del cambio automático DSG ??unos 1.850 euros- siempre es una alternativa a tener en cuenta.
Los consumos en esta versión no son bajos, pero tampoco nada descabellados para un motor de estas características, ya que tras una semana de prueba en la que hemos alternado un 60% de ciudad con un 40% de vías interurbanas, el consumo medio marcado por el ordenador de a bordo ha sido de 7,4 litros. Como comentamos en la primera parte de la prueba, este motor de 160 CV ha sido sustituido por uno de 150 CV más moderno y con sistema start&stop que consigue mejorar las cifras de consumo en aproximadamente un litro por cada 100 km.
La merma de rigidez torsional y el aumento de peso con respecto a la versión de techo cerrado son aspectos que se hacen notar en el comportamiento del Beetle Cabrio, pero aun así el paso por curva es bueno, con la pega de una dirección algo imprecisa y de una marcada, aunque previsibe, tendencia al subviraje. Tanto la suspensión como el equipo de frenado se comportan de forma adecuada en un uso normal, y aunque contábamos con el tren de rodaje deportivo la suspensión no era incómoda, aunque si firme, algo que personalmente agradezco.
Conclusión
Estamos ante un más que digno sucesor del mítico Escarabajo. Un modelo auténtico que traslada a nuestros días la esencia de ese vehículo atemporal que tantas pasiones ha conseguido levantar a lo largo de su historia. La versión descapotable que hemos probado supone un plus de originalidad y estilo para el modelo, que no pasa desapercibido en ningún momento.
El habitáculo brilla por sus calidades y ajustes, propios de la marca alemana, aunque hubiera preferido un diseño más personalizado, que no compartiera tantos elementos con el resto de la gama Volkswagen. El maletero es pequeño y la boca de acceso también, pero eso es algo común a todos los vehículos de este tipo. El motor TSI de 160 CV casa perfectamente con la filosofía del Beetle Cabrio, aunque tiene un consumo algo elevado, algo que en la actualidad ya ha sido solventado con la incorporación del TSI BMT de 150 CV.
El equipamiento es correcto para el precio de partida, aunque haya elementos que deberían incluirse de serie. Es difícil compararlo con otros vehículos del mercado, aunque por filosofía su rival directo sea el Mini Cabrio, con el que tiene las suficientes diferencias como para que el precio y el equipamiento no sean decisivos a la hora de escoger entre ambos.
Volkswagen Beetle Cabrio 1.4 TSI 160 CV