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Tras una primera parte en la que pudimos conocer su diseño, habitáculo y mecánica, hoy toca continuar con el análisis de esta berlina compacta que ha conseguido dejar un gran sabor de boca tras su paso por nuestra redacción. Si todavía no has leído la primera parte de la prueba puedes hacerlo aquí.
Esta segunda entrega estará dedicada a conocer el listado de precios y equipamiento del Jetta y como no, a nuestra habitual prueba de conducción en la que hemos comprobado de primera mano sus prestaciones, comportamiento y consumos. Al final te dejaré una completa galería de fotos para que puedas apreciar todos los detalles de esta berlina compacta.
Equipamiento
El Volkswagen Jetta tiene un precio de partida en nuestro país de 20.030 euros, que se corresponde con la versión Advance y el propulsor de 1.2 litros gasolina de 105 CV. Si optamos por el de 125 CV su precio sube a los 22.550 euros, y por último el 2.0 diésel de 110 CV cuesta 22.470 euros. En este nivel de equipamiento contaremos con una dotación bastante exigua, con aire acondicionado, cuatro elevalunas eléctricos, start&stop, retrovisores exteriores eléctricos, volante de cuero y radio CD con cuatro altavoces.
Para conseguir un equipamiento más acorde al potencial de este coche debemos acudir a la versión Sport, que se asocia al propulsor de gasolina 1.4 TSI de 150 CV -26.690 euros-, o a las diésel 2.0 TDI de 110 CV -24.730 euros- ó 150 CV -26.700 euros-. Con este acabado ya contamos con climatizador bizona, volante multifunción de tres radios, control de crucero, asientos delanteros deportivos con tapizado mixto, detector de fatiga, faros antiniebla, conexión USB, etcétera.
En la actualidad existe una campaña por parte de la marca que ofrece un descuento de 1.675 euros para compensar el coste del imprescindible paquete sport -825 euros- que incluye los sensores de lluvia y luz, retrovisor interior electrocrómico, sensores de aparcamiento delantero y trasero, bluetooth y retrovisores exteriores abatibles eléctricamente. Ese descuento también sirve para poder equipar a nuestro Jetta con el navegador ??315? con pantalla táctil -625 euros- o el ??510? con DVD y 10 altavoces -1.555 euros-.
Entre los elementos opcionales más destacados se encuentran la tapicería de cuero ??Vienna? -2.395 euros-, los faros bixenón con pilotos traseros LED -1.565 euros-, cámara de marcha atrás -215 euros-, acceso y arranque sin llave -355 euros-, techo corredizo eléctrico -925 euros-, etcétera. Un vehículo configurado como el cedido para la prueba tiene un precio de 30.345 euros.
En el apartado de seguridad, el Jetta incluye asistente de arranque en pendientes, 6 airbags, control de estabilidad, fijaciones ISOFIX en las plazas traseras y control de presión de los neumáticos.
Comportamiento
Como ya dije en la primera parte de la prueba, considero que este motor de dos litros y 150 CV asociado a la caja automática DSG es una de las opciones más equilibradas del mercado en la actualidad. No hay ninguna faceta en la que destaque de forma sobresaliente, pero el conjunto consigue que su conducción sea realmente placentera; tiene unas buenas prestaciones, gasta poco y la caja de cambios DSG es casi perfecta.
El motor no destaca por ser silencioso, pero el buen aislamiento acústico consigue que su sonido no se traspase al habitáculo. Tiene una muy buena calidad de rodadura, y la generosa distancia entre ejes consigue un buen aplomo en carretera y lo convierte en todo un devorakilómetros. La suspensión tiene un tarado neutro que tiende ligeramente hacia la comodidad de los pasajeros pese a tratarse de la versión Sport, algo que no llega a influir negativamente en su comportamiento dinámico.
El paso por curva de este Jetta es bueno, no tiene la agilidad ni el buen apoyo de un Golf pero permite llevar ritmos altos en zonas reviradas con una total sensación de control. Cuando lo llevamos a sus límites muestra una evidente tendencia al subviraje, que resulta fácil de controlar gracias a una dirección precisa y a unas asistencias electrónicas que nos devuelven a la trayectoria de una forma casi imperceptible.
A las múltiples ventajas conocidas del cambio DSG, que no me voy a parar a enumerar, hay que añadir en este coche una que me ha gustado bastante, el modo de propulsión por inercia. Con él activado, la caja de cambios se desacopla al levantar el pie del acelerador, con lo que conseguimos desplazarnos grandes distancias «a vela» gracias a la propia inercia del coche sin que el rozamiento de la caja nos frene. Una vez acostumbrados a ser mucho más previsores en nuestra conducción se consigue reducir de forma notable el consumo. El sistema se desactiva ??acoplando de nuevo la caja de cambios- al pisar el freno para no fatigar en exceso el conjunto de frenado o bien accionando la leva izquierda ??la de bajar marcha-.
En el apartado de consumos, y tras una semana de conducción en la que hemos alternado toda clase de terrenos y circunstancias ??pruebas prestacionales incluidas- el ordenador de a bordo marcaba un consumo medio de 6,1 litros a los 100, una cifra similar al su consumo en ciudad fácilmente mejorable con una conducción eficiente. En carretera cambia la cosa, y si somos capaces de conducir de forma eficaz y aprovechar la propulsión por inercia lograremos consumos que superan por poco los 4 litros a los 100, una cifra estupenda.
Conclusión
Es un coche realmente completo y equilibrado, que satisface las necesidades de espacio y capacidad de carga en el 99% de las circunstancias y cubre un hueco en la gama a la que cada vez más marcas están prestando especial atención. Su diseño ha mejorado tras su puesta al día, aunque todavía está lejos de otras berlinas compactas que sí han conseguido dar en la tecla, como el Mercedes Benz CLA o el Audi A3 Sedan.
Su habitáculo es espacioso y con unos ajustes y materiales de primera calidad, y el motor diésel de 150 CV aprueba con nota en todos los aspectos. El equipamiento de serie es completo ??si contamos el paquete Sport como dotación de serie- y el precio de los opcionales es razonable, aunque se echan en falta elementos de serie como el acceso y arranque sin llave o la cámara de marcha atrás. Es más caro que la mayoría de sus competidores, pero la mayor parte de ese sobreprecio está justificado con su calidad, funcionamiento y acabados.