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Una vez analizados aspectos tan importantes como el diseño, el habitáculo y la mecánica del Volvo XC60, seguimos adelante con la prueba para conocer su precio y equipamiento, prestando especial atención a sus elementos de seguridad, una apartado clave en la firma sueca.
También habrá espacio para conocer su comportamiento sobre toda clase de terrenos, y conocer los consumos reales que arroja el nuevo propulsor de dos litros que se aloja bajo el capó. Si todavía no has leído la primera parte de la prueba puedes echarle un vistazo aquí.
Equipamiento
El Volvo XC60 D4 tiene un precio de partida de 40.100 euros para la versión de cambio manual y de 42.615 para la automática de 8 velocidades. Si optamos por la tracción a las cuatro ruedas los precios son de 42.500 y 45.000 euros respectivamente. El modelo que nos ocupa es el de dos ruedas motrices y cambio automático, que de serie equipa ??acabado Kinetic– climatizador bizona, cuatro elevalunas eléctricos, control de crucero, volante multifunción y palanca de cambios en cuero, luces diurnas LED y llantas de aleación de 17 pulgadas.
En lo que a seguridad se refiere, el XC60 viene equipado con 6 airbags, sistema City Safety para la prevención de colisiones en ciudad, ayuda al arranque en pendiente, sistema de protección de impactos laterales y latigazos cervicales, anclajes ISOFIX, asistencia a la frenada de emergencia, control dinámico de estabilidad y tracción, control de presión de neumáticos, etcétera.
El equipamiento es bastante completo desde la versión básica en el apartador de la seguridad, aunque en un coche que supera los 40.000 euros se echan en falta elementos como los sensores de lluvia y luz, la toma de USB, bluetooth o acceso y arranque sin llave.
Por 2.263 euros más podemos optar por el acabado Momentum, que añade al equipamiento anterior sensores de aparcamiento trasero, sensor de luces y lluvia con sistema de detección de túnel, retrovisor interior con antideslumbramiento automático, bluetooth, USB, equipo de sonido de alto rendimiento, consola central en aluminio grafito y volante de tres radio con inserciones metálicas. Para los más exigentes existe el acabado Summum -5.231 euros- que añade el panel de instrumentos digital, llantas de aleación de 18 pulgadas, asiento del conductor con ajuste eléctrico, tapicería de cuero, conexión para iPod, etcétera.
Las capacidades de personalización no terminan ahí, ya que podemos equipar nuestro Volvo con el acabado deportivo R-Design con las versiones Kinetic y Momentum, así como infinidad de paquetes preconfigurados de equipamiento donde destacan el IntelliSafe Pro -2.263 euros-, el Pack Light -1.383 euros- o el Pack Security -1.383 euros-. Como elementos opcionales destacados tenemos los faros de xenón -1.446 euros-, alarma antirrobo -540 euros-, navegador -1.069 euros-, portón trasero eléctrico -503 euros- o levas en el volante para el cambio de marchas -176 euros-.
Comportamiento
El XC60 es un vehículo que destaca por su confort y gran calidad de rodadura, es un auténtico devorador de kilómetros donde el conductor no sentirá fatiga gracias a un puesto de conducción excelente. El nuevo propulsor del D4 con 181 CV es suave, silencioso y equilibrado, perfecto para mover con soltura este SUV, en el que prácticamente tenemos las mismas impresiones que al conducir un turismo.
El cambio automático de 8 velocidades tiene un funcionamiento suave y agradable, y las transiciones entre marchas se realizan de forma rápida e imperceptible para el conductor. Tiene un modo deportivo que se selecciona moviendo la palanca hacia el lado izquierdo y también cuenta con la opción de ser manejado desde las levas situadas tras el volante. Esta última opción es la menos he utilizado porque 8 relaciones se me antojan demasiadas para ser manejadas con comodidad de forma secuencial.
Una de las principales diferencias es su suspensión, con una configuración tirando a blanda, que hace que aparezcan ciertos movimientos de balanceo en curvas enlazadas y de cabeceo en carreteras con firme irregular. No obstante esto no perjudica en exceso el comportamiento del XC60, que si bien no puede catalogarse como ágil sí que se defiende con mucha soltura y aportando al conductor una gran sensación de control y seguridad. Para ello se alían de forma excepcional el control de estabilidad y tracción y el ??Corner Traction Control?, que actúa sobre el freno de la rueda trasera interior para mejorar la tracción en nuestro paso por curva.
Nuestra unidad equipaba el sistema de chasis activo ??Four-C?, que permitía configurar el vehículo con los modos COMFORT, SPORT y ADVANCED con tan solo accionar una botonera situada junto a la palanca de cambios. Las diferencias entre los distintos modos no son muy grandes, pero si suficientes para adecuar los parámetros del coche a nuestra conducción. El modo SPORT es válido para cualquier circunstancia del día a día, y únicamente he accionado el modo COMFORT para rutas largas en vía rápida. El ajuste más deportivo -ADVANCED- mejora la agilidad del coche en tramos con curvas enlazadas, pero no es un ajuste radical como para que resulte incómoda su conducción.
El equipamiento tecnológico es abrumador en lo que a asistencias a la conducción se refiere, y la combinación de todos esos elementos dan como resultado una sensación de seguridad excepcional. Destacan el control de crucero adaptativo, el reconocimiento de señales de tráfico, el detector de ángulo muerto y de tráfico cruzado en maniobras de marcha atrás o el detector de peatones con frenado automático. Mención especial merecen los faros de xenón activos con luz de carretera automática, que convertían en un placer la conducción nocturna, aunque he de decir que en más de una ocasión otros conductores me han advertido de que deslumbraba.
El coche homologa un consumo medio de 4,7 litros a los 100, que son más bien unos seis litros con conducción normal a ritmos legales. En ciudad se acerca a los 7 litros, lo que lo convierte en bastante ahorrador con respecto a la anterior versión de cinco cilindros. Tras una semana de pruebas el indicador de consumos marcaba un consumo medio de 6,7 litros, tras haber alternado todo tipo de conducciones y terrenos, una cifra realmente buena para un coche de su potencia y dimensiones.
El hecho de contar con un solo eje motriz influye de manera determinante en sus cualidades fuera del asfalto, y eso es algo que ya advertimos al comienzo de la prueba. Aun así su suspensión elevada y confortable nos permiten circular sin ningún problema por pistas de tierra en buen estado, y a sortear ciertos obstáculos siempre que no existan dificultades para traccionar y respetemos sus limitaciones físicas, sobre todo la de la altura libre al suelo. Si nuestras expectativas camperas son mayores tendremos que decantarnos por la versión AWD de cuatro ruedas motrices, con la penalización en temas de consumo que ello supone.
Conclusión
Estamos ante una de las alternativas más atractivas en el segmento de los SUV Premium de tamaño medio. Un diseño elegante, un habitáculo espacioso que rebosa calidad y un moderno propulsor de cuatro cilindros y 181 CV son las armas más contundentes con las que cuenta este Volvo. Tampoco podemos olvidarnos de una dotación en materia de seguridad de primer orden, algo que siempre se ha considerado una prioridad desde la marca sueca.
El equipamiento de serie tiene bastantes carencias que tendrán que ser solventadas a golpe de billetera, pero eso es algo que comparte con sus marcas competidoras, por lo que no es un motivo de distinción entre ellas. Su comportamiento es equiparable al de una berlina de gama alta, con el añadido de una carrocería adaptada a pequeñas incursiones fuera del asfalto, una opción realmente equilibrada.