Normalmente cuando se hace una réplica, se intenta que quede lo más parecido al original, ¿no? Nunca entenderé por qué transformar un Mazda MX-5 en un BMW Z3, tampoco es un salto extremadamente grande, ¿no? Pero si al menos lo haces, hazlo bien…
La replica que vemos se modificó en el año 1997, en el cual recibió toda la transformación. Recientemente se ha pintado y restaurado un poco, pero hay cosas que claman al cielo: ¿y esas llantas? Es comprensible que el dinero no llegase para unas originales, pero podían haber intentado algo, porque parecen de juguete.
Otro curioso cambio ha sido el anagrama de BMW en el volante. ¿Para qué buscar uno original, cuando puedes poner el escudo de la carrocería en él?
Se han hecho 23 pujas por él, alcanzado la máxima 3.803 dólares.
Vía: Carscoop