Entre mantas, misterios y el salón de Nueva York andaba el juego. Digo andaba, porque por fin se ha revelado oficialmente el Mercedes CLK 63 AMG Black Series, homónimo de calle del coche de seguridad que pulula en la Fórmula 1, y también el misterioso AMG que todos esperábamos.
¿A qué viene eso de Black Series si lo único que vemos de negro es la fibra de carbono? Suponemos que es debido a lo que es el coche en sí, a lo que ofrece y a lo que deberíamos temer. El motor es un V8 6.3 litros atmosférico de 507 caballos que podría plantarle cara su hermano mayor turbo, el DTM AMG. Todo esto, evidentemente deriva en una odisea de prestaciones técnicas de infarto gracias a la caja de cambios automática 7G-Tronic: Un 0-100 en 4.1 segundos y una velocidad máxima de casi 300km/h limitada electrónicamente.
Exteriormente, vemos modificaciones estéticas y útiles que hacen a este pata negra fácilmente reconocible -aparte de por el tremendo sonido que hará-, ante el entorno. En cuanto a la estética -sabemos que está íntimamente ligada con la eficacia-, frontalmente vemos unas tomas de aire agrandadas y unos flaps laterales que favorecen la entrada de un aire muy necesario para refrigerar tanta potencia.
En el lateral, cuenta con un kit de ensanche que vive en una armonía perfecta con los paragolpes, gracias a los pasos de rueda agrandados y unos faldones laterales que favorecen mínimamente la aerodinámica. Detrás, lo primero que nos llama la atención es el impresionante difusor que hace pasar desapercibidos las salidas de escape doble (¡Y eso que están en primer plano!). También observamos un mini alerón de fibra de carbono para disminuir la resistencia al aire, y aumentar mínimamente el peso.
Cuenta con unas llantas de 19 pulgadas que albergan unos frenos cerámicos casi tan grandes como una llanta de 15 pulgadas, sobre unas Pirelli P-Zero Corsa, de 265/30 delante y 285/30 detrás… ¡Vaya zapatitos! Tal vez sea suficiente para trasladar toda la furia del Black Series. Las suspensiones son by AMG y totalmente adaptables al consumidor, y cuando digo todo, es todo, incluso la recuperación de los amortiguadores.
El interior ha sido convertido a biplaza gracias a dos asientos deportivos de fibra de carbono (¡!), dándose un servidor cuenta de hasta qué punto llegan los esfuerzos por reducir al máximo el peso de este auténtico deportivo. ¿Fotos en directo? En el salón de Nueva York, que ya está aquí.
Vía: Motorpasión y Leftlanenews