Las creaciones de Jon Olssson son siempre espectaculares, aunque también es cierto que una característica innata es que son muy poco discretas. Una de las últimas que pasó por sus manos, como es el Rolls-Royce Wraith, ha salido ahora a la venta, y aunque se aleje bastante del perfil del comprador habitual de RR por su estética y preparación, como dice el dicho popular… «siempre hay un roto para un descosido».
El Rolls-Royce Wraith bautizado como ‘George The Rolls’ destaca por una decoración exterior en la que predomina una pintura de camuflaje blanca y negra, y no contento con ello, también optó por instalar unas llantas de aleación de 24 pulgadas de marca Forgiato, así como unas luces auxiliares de LED en la calandra delantera así como una parrilla de luces también en el techo por si no tuvieras suficiente. Esta parrilla además va instalada sobre una baca que te permitirá ampliar sus capacidades de transporte de objetos.
Su motor V12 ha sido modificado con un kit de doble sobrealimentación que eleva su potencia hasta los 810 CV, transformando por completo su respuesta y perdiendo su esencia debido al escape deportivo QuickSilver que evidentemente lo convierte en un motor de funcionamiento mucho menos refinado.
Lo único que se mantiene más fiel es su habitáculo, donde seguimos encontrando las maderas nobles y pieles de alta calidad, así como unos comodísimos butacones que nos invitan a devorar kilómetros de manera casi ilimitada.
El concesionario Auto Leitner de Holanda ha anunciado la unidad con tan sólo 13.000 kilómetros en su odómetro a un precio de 275.000 euros. Se nos hace francamente difícil creer que una unidad de este modelo y con este elevado grado de personalización vaya a poder ser fácilmente colocada en el mercado… ¿no crees?
