Como es ya habitual desde el año 2014, los alumnos de la academia de Skoda realizan anualmente un proyecto final donde desarrollan un modelo conceptual sobre la base de un modelo existente al que lo someten a profundas modificaciones. Este año la base elegida ha sido el Scala que lo han convertido en un modelo descapotable y lo han bautizado como Skoda Slavia.
La elección de este nombre no es baladí, ya que es el mismo que el de las primeras bicicletas producidas por Václav Laurin y Václav Klement con la fundación de la compañía en el año 1895. A su vez, el diseño se inspira en el Skoda 1100 OHC de 1957 de competición.
Como se puede apreciar en las imágenes, su frontal es idéntico al ya conocido en el Scala, pero a partir del pilar A es cuando recibe los cambios más sustanciales, al prescindir del techo y contar en su parte trasera con dos jorobas. Además, se prescinden de las puertas traseras y recibe un alerón así como un difusor para mejorar su aerodinámica y estética. Las llantas son de 20 pulgadas y son las mismas que las del Kodiaq RS.
Ya dentro de su habitáculo, encontramos una configuración biplaza con unos asientos Sparco con arneses de cuatro puntos y un sistema de sonido con subwoofer de 2.250 vatios y remates en cuero en palanca de cambios y freno.
Su motor no recibe cambios, siendo el mismo gasolina 1.5 TSI de 150 CV con caja de cambios automática DSG de doble embrague cuya potencia envía al eje delantero. Además, su estructura ha sido reforzada para compensar la pérdida de rigidez derivada de la modificación del techo.
