Lejos queda ya aquel año 1998 en el que el fabricante de relojes suizo Swatch y Mercedes-Benz tuvieron una idea que cambiaría ciertos paradigmas de la movilidad urbana en coche: el fortwo. No sin antes haber intentado un acuerdo con Volkswagen que no prosperó. Fue presentado en el Salón del Automóvil de Frankfurt en 1997 y aunque la acogida inicial no fuera especialmente álgida, debido a la ruptura de esquemas que suponía en aquella época, el tiempo ha demostrado que ha sido un éxito.
Pero… ¿por qué suponía un cambio de paradigma? empezando por su reducida longitud en su primera generación, que alcanzaba los 2,5 metros de longitud y una altura de 1,5 metros, todo ello con un propulsor de 0,6 litros en el eje trasero y un cambio secuencial de seis velocidades. Más allá de las posibilidades de aparcamiento que ofrecía en una gran urbe, también, su Célula de Seguridad Tridion en acero de alta resistencia, así como paneles en fibra en la carrocería fácilmente intercambiables.
Su segunda generación hizo que también aterrizara una variante eléctrica que ahora se comercializa también sobre la generación actual. Aunque ha tenido otras variantes años atrás, actualmente, sólo se comercializa en tres sabores: fortwo, fortwo cabrio y forfour, con motores de combustión interna y dos tipos de caja de cambios. Y llegamos hasta el día de hoy, donde la firma celebra ya más de dos millones de unidades comercializadas, correspondiendo dicha unidad a la que ves en pantalla que irá destinada al mercado norteamericano.
Actualmente, está disponible en un total de 46 mercados en todo el mundo, incluyendo China, donde está teniendo un auge de ventas bastante importante, algo que resulta sorprendente si tenemos en cuenta que allí son bastante fanáticos de los modelos de batalla larga, todo lo contrario del concepto Smart.
