Si ya de por sí, un Mercedes 300SL Roadster es una pieza muy cotizada, si nos vamos a unidades con bajo kilometraje, las cifras se disparan a niveles todavía más astronómicos. Justamente, hace escasos días la casa de subastas Artcurial organizó una subasta con motivo del evento de clásicos Le Mans Classic y uno de los protagonistas era un Mercedes-Benz 300SL Roadster de 1963.
La peculiaridad de esta unidad es su estado de museo, y no precisamente por haber sido restaurado, sino por el escaso uso que ha tenido en sus más de 50 años de vida, con un odómetro que tan sólo marca 1.372 kilómetros. ¿Cómo ha podido recorrer un kilometraje tan escaso pese a atesorar tantos años a sus espaldas? Básicamente, estando aparcado en el un garaje durante los últimos 46 años de su vida.
Eso sí, dicho garaje ha contado sueco con una climatización controlada precisamente para preservar al máximo posible su estado de conservación ante los cambios de temperatura ambientales, previniendo la corrosión y deterioro en su habitáculo. Como se observa en las imágenes, cuenta con el hard top instalado, si bien también se incluye el techo de tela -que nunca ha llegado a ser instalado y continúa en la misma caja en la que vino de fábrica-.
También cuenta con otra particularidad inherente a esta unidad: fue uno de los últimos fabricados, por ello, cuenta con las mejoras de las que se beneficiaban estas unidades, tales como el bloque en aluminio (cuyo motor atmosférico entrega 215 CV) o frenos de disco en las cuatro ruedas.
Las previsiones de Artcurial eran de 1,5-2 millones de euros, sin embargo ha roto todas las previsiones batiendo un nuevo récord y alcanzando los 3.143.000 de euros.