De aquella en la que era una rareza ver Mercedes por nuestras carreteras, y todavía más raro, coches dotados de blindaje, el Rey Juan Carlos I se movía junto con Doña Sofía en un Mercedes-Benz 450 SEL blindado. Todavía más inusual en la época era el propulsor de ocho cilindros y 6.900 centímetros cúbicos con 225 CV que equipaba, necesarios para poder mover con dignidad el pesado conjunto -2.230 kilogramos- debido a los elementos blindados con los que se provisionó: realizaba el 0-100 km/h en tan sólo 9,3 segundos y alcanzaba una velocidad máxima de 210 km/h.
Estamos hablando de la década de los 70, mucho ha llovido desde entonces: se ha logrado evolucionar mucho en los blindajes que dotan los fabricantes a sus gamas altas e incluso, se han ‘popularizado’ mucho más, a costa del erario público y del contribuyente, este tipo de vehículos que hemos llegado a ver como medio de transporte de alcaldes de grandes ciudades.
Este vehículo no ha pertenecido durante toda la su vida a la Casa Real: de hecho, se vendió a finales de los años 70 cuando optaron por deshacerse de varias unidades que tenían en su parque. Fue entonces cuando un coleccionista particular lo sumó a su colección. Como curiosidad, esta unidad inicialmente no estaba matriculada y en su lugar contaba con el símbolo de la corona, si bien, posteriormente fue matriculada y actualmente cuenta con matrícula histórica.
Sobre sus 39 años de vida, pesan 160.000 kilómetros, si bien aseguran que está en perfectas condiciones, su suspensión hidroneumática -también toda una rareza en la época- funciona perfectamente y recientemente su tapicería ha sido renovada. ¡Hasta conserva las banderas y sirenas oficiales!
Actualmente esta unidad se encuentra en subasta y se espera alcanzar al menos 39.500 euros por él, si bien, estiman que podría llegar hasta los 51.400 teniendo en cuenta la unidad tan peculiar ante la que nos encontramos.